Por Rosa Parks
Los medios dominantes argentinos recitan el relato liberal en forma cotidiana. El humor social subió un 7 por ciento, declama un medio en tapa. Otorgan la importancia a ese mínimo porcentaje como si la Argentina hubiera conquistado Marte. Es tan sólo un siete por ciento y del humor social que también tiene que ver con la llegada de la primavera y los días soleados y no con la economía.
Standard and Poors, calificadora de riesgo norteamericana y la Biblia para los operadores argentinos, señaló que nuestro país es el segundo más vulnerable, más frágil. La calificadora fundada por Henry Poor en 1860 pertenece al grupo Bilderberg y con acciones mayoritarias del Grupo Rockefeller.
Esta noticia no adquirió la importancia que debe tener y los economistas deberían contarla, explicarla y relatarla como una consecuencia de lo que está pasando y no tiene la debida difusión y es la desintegración económica mundial.
¿Por qué se instala el concepto desintegración? pues la respuesta es sencilla. El modelo de ajuste continuo se desarrolla en casi todo Occidente salvo en los países pertenecientes a Escandinavia y Bolivia. En Asia la idea por ahora es otra. No hay ajuste pero si guerras civiles en forma continua.
Daniel Estulin en su obra “El club de los inmortales” explica cómo se está llevando a cabo la destrucción de la economía en forma adrede. Dice Estulin: “El imperio sabe que el progreso de la humanidad significa que su final como imperio es inminente. Que no puede sobrevivir en un mundo en el que el progreso científico y tecnológico sea generalizado. Como precisa un mundo en que las personas sean estúpidas y serviles como borregos, el imperio se dispone a destruir las estructuras de los estados-nación, que apoyan la vida, que apoyan el progreso de la humanidad. Están atacando las economías de las naciones para destruirlas como modo de conservar su propio poder. Y está todo previsto”.
Aclaremos que el imperio no es un rey o una reina, es un sistema de control. La globalización es un nuevo sistema de control, es la supresión de la libertad, de los derechos es, en Argentina, el pre peronismo.
Afirma Estulin: “Hoy el imperio es el complejo sistema de bancos centrales, bancos de inversión, fondos de cobertura, fondos de capital de riesgo, compañías aseguradoras y el sistema bancario paralelo”. Al margen, recordemos que en una de las tantas internas lobistas ocurrida el 11 de setiembre del 2001, cuando caen las torres gemelas, se produce un hecho significativo. Más de una investigación no norteamericana aseguró que esta tragedia fue armada por el sistema estadounidense para el establecimiento de un nuevo enemigo, el musulmán y un nuevo objetivo, la conquista del petróleo.
Y si hacemos memoria, uno de los aviones que chocan contra el edificio da de lleno en los pisos que se encontraban las grandes aseguradores mundiales. Un dato para tener en cuenta en la lucha por el poder.
Por otra parte, Estulin cuenta: “el sistema financiero que en la última mitad del siglo XX ha sido responsable del cambio de paradigma que lo ha alejado de la producción de bienes físicos y de la economía real para acercarlo cada vez más a la especulación, a la idea de maximizar la rentabilidad y el monetarismo puro. Eso es el imperio”.
Finalmente se puede afirmar que la economía no tiene que ver con el dinero. Lo que la élite quiere es un imperio. Y hay demasiadas personas que creen que para tener un imperio hay que tener dinero; el dinero, señores, no afecta el desarrollo del planeta. Si afecta el desarrollo del planeta la mente humana y hoy la mente de las familias que controlan el planeta trabajan en la destrucción de las economías y, por carácter transitivo, en la reducción de la población mundial.