Turismo

Visita a la Mezquita de Palermo, la más grande de Sudamérica

 

Dos medialunas clavadas en lo alto de sendos minaretes con sus extremos puntiagudos apuntando hacia La Meca, nos indican que estamos muy cerca de una mezquita. Nos encontramos precisamente en los jardines del Centro Cultural Islámico Rey Fahd, que alberga el templo musulmán más grande de Sudamérica, situado en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires.

Las mujeres nos cubrimos la cabeza y nos integramos al grupo para iniciar el recorrido por el interior del edificio, subiendo pequeñas escalinatas y cruzando enormes pórticos con motivos arabescos. El complejo incluye también una escuela, un teatro, una biblioteca y diversas salas de exposiciones y conferencias, que rodean patios rebosantes de luz, un elemento clave en la arquitectura árabe. Inaugurado en el año 2000 y diseñado por el arquitecto saudí Zuhair Faiz, este centro ocupa más de tres hectáreas de unos terrenos que anteriormente pertenecían a la empresa estatal de ferrocarriles.

Llegamos al patio principal y nos detenemos junto a la fuente en forma de estrella situada justo enfrente de la fachada de la mezquita. El pórtico principal del templo está flanqueado por dos torres o minaretes, un elemento arquitectónico característico de la tradición islámica y que antiguamente, servía para que desde allí el amuédano o muecín llamase a la oración cinco veces al día; en lo alto de cada torre vemos las medialunas que orientan hacia La Meca, para disponer el cuerpo en ese mismo sentido durante el momento de la oración. Entramos y permanecemos unos minutos en la antesala donde se ubican los baños, ya que antes de orar es preciso lavarse las manos, la cara y, si es posible, también los pies.

El templo tiene una superficie de 2000 metros cuadrados y capacidad para unos 1000 hombres orando;  en la parte de arriba hay otra sala oratoria que puede albergar hasta 600 mujeres.  Unos tres millones y medio de personas árabes o descendientes de ellos viven en Argentina, y se estima que de éstos un millón son musulmanes, según cálculos privados ya que no hay datos oficiales; en la ciudad de Buenos Aires cuenta con tres mezquitas.

Entramos al templo y nuestros pies descalzos se hunden en una mullida alfombra de origen saudí,  que cubre el suelo absolutamente con los tonos mostaza, bordó y blanco; sólo dos pequeños muebles de madera  en forma de breves semicírculos, apropiados para arrodillarse, interrumpen la monotonía de la alfombra.  No hay imágenes ni símbolos; el techo remata en una enorme cúpula transparente capaz de absorber todo el brillo luminoso que irradia este mediodía soleado; del centro de la cúpula pende una araña de cristal de tres metros de altura y otros tres metros de diámetro, con 230 bombitas, traída de Austria.

Es la una de la tarde. Un imán se acerca a un micrófono cerca del atril y hace el llamado a la oración del mediodía, habla en árabe. Entre otras cosas dice que Dios es el más Grande y que somos testigos de que Mahoma es el mensajero, e invita: “Vengan a la oración, vengan a la felicidad”.  El guía explica que ser imán no significa tener un status superior en relación al resto, sino que se trata de una persona elegida por la misma comunidad porque es la que mejor conoce el ritual de la oración.

Empiezan a llegar unos hombres que se van colocando uno al lado del otro, en fila, apenas unos pasos detrás del imán. De pronto, irrumpe en la antesala la algarabía de los chicos y chicas que acaban de salir de la escuela; mientras que las niñas van al oratorio de arriba con sus maestras, algunos varones entran saltando al templo y se mezclan rápidamente entre los adultos para participar de la oración.

La escuela cuenta con un total de ciento ochenta alumnos distribuidos en dos niveles, jardín de infantes y Primaria; se imparte el programa oficial de estudios vigente en la ciudad de Buenos Aires y se admiten alumnos de distintas procedencias y credos.  Por la tarde, los escolares pueden cursar como materias optativas, idioma árabe y religión Islámica.

Este centro ofrece además cursos de árabe para adultos, charlas, conferencias gratuitas y  otras actividades sociales y de intercambio dirigidas a profundizar el conocimiento de la cultura árabe entre los locales y promover la convivencia pacífica y el respeto por los otros.

 

Por Liliana Sánchez

 

 

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba