Los liderazgos culminan cuando empiezan a ser cuestionados más por propios que por extraños. Es el caso de Cristina. Nadie pone en duda su gestión pasada en el campo de la sumatoria de derechos. Pero, convengamos, que la construcción política siempre fue la deuda que nunca pagó con el peronismo.
Para ser claros. Luego del 2011 se perdieron dos elecciones por no saber contener a todos sus integrantes. En el 2016 se inventó una pelea con el Partido justicialista, ella por un lado Randazzo por el otro. El hombre de los trenes perdió, pero Esteban Bullrich venció a la ex presidenta. Si la unidad hubiera prevalecido la derrota no se hubiera presentado. En el 2013 había pasado lo mismo.
Rumbo al 2019 eligió a Alberto. No tendría que haberlo hecho. Varios gobernadores hubieran hecho mejor papel o al menos establecer una interna. Nada de lo que indica la lógica se produjo y el gobierno terminó con un Milei presidente previa derrota en el 2021. Otro error de construcción política.
Hoy gobierna un tirano. Que se debe hacer, es la pregunta. En principio, desgastar al oficialismo a través de un juicio político o al menos anunciarlo. No se hace. Entonces se debe organizar el partido, ese que los k detestan.
El gobernador bonaerense en campaña para su candidatura presidencial observa con buenos ojos a su par riojano. Un hombre silencioso, con gestión y muy peronista. El resto del sistema justicialista opina lo mismo. Solo la Cámpora está en contra con su operativo Clamor donde expone a la derrota a alguien que puede ser una solución y hoy es un problema.
El partido no es el ámbito para la ex presidenta. Solo aspira a ese lugar para manejar la lapicera y que su hijo trate de conducir la provincia en tiempos donde Axel ya no estará. Será presidente o un desempleado más. Hoy Cristina divide, fragmenta, desune. Pero todos proclaman la unidad y esta se dará con la renuncia a los egos.
La patria necesita una lista para el medio termino donde jueguen líderes de izquierda, derecha y centro constituyendo un gran frente anti Milei. Basta de nombres para jugar. Acá hace falta una Cristina que abandone la candidatura del PJ pero que vaya a la Cámara Baja. Y también hace falta Grabois, Moreno, Cúneo, Ayerbe y si queres Máximo.
Hacen falta lideres que contengan y sumen el voto para terminar con la ley de bases. Lo contrario es aplaudir los egos de cada uno que simplemente nos llevará a la disolución nacional o no se dieron cuenta. Milei es el topo, el destructor y hoy la Cámpora con un falso profeta en la conducción es socio de la tragedia, no le parece?
