Un objetivo con programa y estrategia
Por Jorge Rachid
Pasaron sólo tres años y medio desde que asumimos la responsabilidad de reparar los daños infligidos a la Patria por los 4 años del gobierno neoliberal del macrismo, que logró desmontar los avances de derechos sociales y soberanía nacional que habíamos construido en los doce años de Néstor y Cristina.
Sin embargo, habiendo superado esas dificultades, sumadas a las de la pandemia, la guerra mundial, la crisis bancaria y la sequía ahora, el imaginario colectivo lo vive como un fracaso, en especial con el flagelo de la inflación y los ingresos, que el conjunto del Pueblo lo sufre y encima es bombardeado en forma cotidiana con desinformación, llegando a creer, grandes masas de compatriotas, que la deuda externa la tomó el actual gobierno nacional.
Es que la falta de comunicación oficial y una militancia canibalizada, entre la resignación y las utopías siempre lejanas, no pudo constituirse y ser la polea de transmisión necesaria de los temas políticos, que a nivel internacional y nacional condicionan nuestro camino, con un golpismo destituyente en marcha, el agravio y la denigración permanente, la siembra del odio como política, sumados a la judicialización como resolución de conflictos, con una Justicia cooptada y corrupta al servicio de intereses ajenos al pueblo.
Ya sabemos los resultados de esa ecuación que los militantes debemos resolver, ante la certeza de la prosecución de los ataques de la anti patria. El cómo andar lo marcó Cristina, justamente militando identificando al enemigo y la situación geopolítica de un nuevo orden mundial, como lo hizo en su proclama/carta, reafirmada en la entrevista y consolidada en el discurso en el día de La Patria.
Lo que pasa es que Cristina como a Perón, se los proclama mucho y se los lee y escucha menos, interpretando las soluciones como mágicas e individuales, que nunca fueron ejes de construcción política del peronismo. Por lo contrario siempre el marco conceptual fue la Comunidad Organizada.
Lo colectivo, lo solidario, la organización que vence al tiempo, los sueños de Patria se consolidan en la militancia cotidiana, anónima, esforzada y no en la personalización de la política, que los líderes forjados por el Pueblo, como Cristina, intentan encarrilar en la discusión política dentro de la compleja trama de la filosofía, historia, doctrina, ideología, con profundidad geopolítica, que marcan la diferencia con el análisis superficial y frívolo neoliberal y mediático, que sólo muestra la foto, nunca la película.
En ese sentido derrotar la ofensiva del coloniaje es objetivo esencial, prioritario, excluyente. No hay otro desafío que hacerlo, ni siquiera en nombre del peronismo, es en función de Patria que debemos articular lo necesario para lograr vencer con mayorías populares, que permitan desmontar la dependencia neoliberal, mercadista, financiera que ha sometido al Pueblo argentino en décadas de cultura enemiga neoliberal dominante.
Para construir el futuro es necesario marcar el camino estratégico de la Patria que el peronismo propone al pueblo argentino.
Esos ejes a largo plazo, son los que permiten visualizar si las esperanzas compartidas de justicia social, de promover el trabajo, de recuperar soberanía nacional, impulsar la industrialización del país, profundizar I+D en ciencias y tecnología, con educación pública y sistemas solidarios de salud, desmontando la penetración del lucro, que siempre desplaza la solidaridad.
La implementación de respuestas políticas a las demandas del día a día, deben estar en el marco de esos objetivos estratégicos estipulados en el Programa. De ahí que aunque parezcan lejanos hoy, los ejes de una Nueva Constitución Nacional, la Soberanía del río Paraná, las Reformas Tributarias y Financiera, la ampliación de la Corte Suprema, la liberación de los presos políticos, control del comercio exterior, Poder Popular con amparo Constitucional en Comunidad Organizada, Memoria, Verdad y Justicia con quienes cometieron crímenes de persecución, espionaje, fuga de capitales, fallos anticonstitucionales, bloqueos al funcionamiento de la democracia por parte de la Justicia, armado de causas, encarcelamientos bajo extorsión, entre otros delitos.
Por lo tanto ganar las elecciones es prioritario en lo político, construir el Programa es necesario en los planes y con los acuerdos estratégicos nacionales y populares, integrados a la Matria Patria Grande, son los pasos necesarios de consolidación de los sueños de la militancia para recuperar la mística abandonada, al seguir la agenda del enemigo, que todo lo disminuye, lo frivoliza diluyendo la política a una superficialidad, que es el objetivo primordial de la anti política, basada en la siembra del odio.
Los objetivos nuestros están siempre en movimiento histórico, dinámico, construyendo respuestas a los nuevos tiempos internacionales y nacionales, que demandan un aprendizaje constante desde las nuevas generaciones, con lenguajes y construcciones de pensamiento diferentes en los distintos tiempos históricos. Superar esos abismos es responsabilidad de la militancia construyendo los puentes generacionales necesarios a la integración del concepto Patria.
Hoy la Patria está en peligro, el escenario mundial ha girado al Oriente, nada de lo conocido es igual a lo vivido, 500 años de historia atlántica han quedado atrás, aunque el unipolarismo imperial que no acaba de desparecer, lejos de eso promueve guerras, en una terapia intensiva de pérdida de poder, donde sólo puede apelar a lo militar, poniendo en riesgo al mundo. Ese giro bueno para el mundo, es un peligro para América Latina que se ve sometida a la amenaza y extorsión del Comando Sur de EEUU y la OTAN a los fines de impedir las inversiones chinas y rusas, malayas y otras, además de debilitarnos para bloquear la reconstrucción del UNASUR, en su proyecto de coloniaje sobre el Atlántico Sur, desde Malvinas a Antártida y Pasos Bioceánicos, que incluyen la secesión de la Patagonia Austral.
“Cuando la Patria está en peligro, lo único que no está permitido, es no defenderla”