Psicofísico
Por Simon Radowistky.
Observando documentales de la década del 20 del siglo pasado vemos sin temor a equivocarnos que tanto Hitler como Mussolini jamás hubieran pasado un psicofísico. Partiendo de esta idea, podemos citar sin temor al error que los gobernantes argentinos de los últimos 40 años pudieron conformar o no a diferentes segmentos de la sociedad pero ninguno tuvo desequilibrios mentales.
Faltando nada para los comicios que decidan en presidente de los próximos cuatro años podemos romper un récord, una tercera parte de la sociedad puede coronar a alguien en apariencia escasamente lúcido.
Massa o Bullrich representan otros dos tercios de la población y se ubican dentro de las reglas de juego. Te gustarán más, menos o nada pero tienen cierto equilibrio. El tercer candidato, con posibilidades, más una parte importante de su agrupación carecen de sentido, común, criterio y cierta educación.
No es posible visibilizar a través de los medios hegemónicos una candidata a diputada que insulta a cuanto humano se le cruce en el camino. No hace bien ver a la candidata a vicepresidente hablar con emoción y alegría del genocidio de los 70. Entender a un candidato a jefe de gobierno por CABA que se manifiesta ibérico y apoya al virrey del siglo 19 es como mucho. Tampoco resulta gracioso escuchar a un docente que dice que si el holocausto judío hubiera sido por argentinos la cantidad de víctimas no llegaría a los 6 millones.
Será condición fundamental para afiliarse a ese partido ser violento, ignorante y brabucón?. No se halla ante la opinión pública ningún candidato libertario educado y con buenos modales.
Lo peor es que una parte importante de la sociedad avala estas conductas. Si está de acuerdo será parecida, al menos su ignorancia los encolumna.
Es importante el voto del 22 de octubre más que nunca. Ni Hitler ni Mussolini fueron detenidos a tiempo y terminaron con sus vidas y la de millones de seres humanos. Nosotros podemos colocar una barrera y es el voto.
Sabemos que los libertarios no pasan un psicofísico, lo sabemos. Nuestra obligación es detenerlos, después puede ser muy tarde, no le parece?