OpiniónOpinión

No es la economía, estúpido

Por Gabriel Princip

Allá por los noventa y desde el imperio nos llegó la frase: “Es la economía, estúpido”, que sirvió para definir  un resultado electoral. En 1992, un asesor de Bill Clinton lo ubicó a George Busch durante la campaña. Pero en la Argentina de hoy la frase no tiene sentido. Quizás el peor balance económico desde el 83´ para acá sea el del gobierno amarillo. No hay un sólo indicador que le sea favorable.

Salarios bajos, impuestos caros, recesión más inflación con una estanflación que asesina al consumo y comete un genocidio con las Pymes, es la síntesis de los primeros 16 meses de gobierno de la derecha vernácula.

Sin embargo, el resultado fue favorable a Cambiemos en 10 gobernaciones de 24 y en 101 distritos de 135 de la provincia de Buenos Aires. Cabe destacar que también hubo un ayudín -como diría Carusso Lombardi- de algunos pícaros fiscales que se olvidaron votos cristinistas en algún cajón bajo siete llaves.

El general Perón decía: “La economía libre y el libre comercio son sólo afirmaciones para el consumo de los tontos  o de los ignorantes. La economía nunca ha sido libre, o la controla el estado en beneficio del pueblo o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de éste”.

Perón, que la tenía clara, trataba al gorila de tonto e ignorante y hoy se debe utilizar la misma calificación. Si no que adjetivo cabe para el jubilado que paga sus remedios y vota a Macri, quien entiende al que no llega a fin de mes y trata de yegua a Cristina para luego votar a Macri o Massa o cualquier cómplice  de la entrega del país. ¿Se puede entender al desocupado que vote a la derecha? ¿O al villero que banque a los que lo mantienen pobre por siempre? No, no se entiende, entonces Perón tenía razón.

El gobierno del presidente ultraderechista Macri anunció aumentos de gas y luz para noviembre. También un 12 por ciento de aumento para jubilados que sólo servirá para pagar parte de la suba de la luz y el gas. Así es la derecha, te da para sacarte, nunca para hacerte crecer.

En octubre se juega  la elección en serio. Seguramente votantes de Massa optarán por Cambiemos, algunos randazzistas volverán a ser K,  pero con la trampa y la mentira como aliados difícil que el amarillo espacio tenga un resultado negativo.

La matemática es la única ciencia exacta y hoy opera en contra de las mayorías. El ego es un factor determinante en la caída de los líderes. Entonces, ¿Cuál es la solución para poder frenar el triunfo amarillo en octubre? Fácil y complicado. Fácil porque la idea de unidad completa del movimiento peronista no es nada original ni requiere entender la teoría de la relatividad pero también es complicado porque los egos individuales harán lo imposible para que esta unidad no se concrete.

Entonces las bases, alguna vez, deben liberarse de los cuadros dirigenciales y votar por sus propios intereses. Si abandonan a esos ídolos de barro que son Massa y Randazzo, los culpables de la división peronista y van tras la única opción opositora todavía hay esperanzas de que la entrega del país se frene. Caso contrario, les conseguirán trabajo a dos o tres diputados massistas, un randazzista y entregarán a sus familias y afectos a la trampa del ajuste que unido a la reforma laboral harán de la Argentina un paraíso para los ricos y un infierno para el resto, los pobres.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba