No es fácil aceptar un sistema político que determina que un díscolo gobierne. Las comparaciones solo sirven para decorar un banderín, folleto o nota color. La historia nos cuenta que existieron Rosas, San Martín, Perón, Evita y la actualidad nos cachetea con que Milei es el mandamás.
La historia se repite. El decreto 4161 que firmó Aramburu y que utilizaron Frondizi, Guido e Illia hoy está más firme que nunca. En 1956 no se podía pronunciar la palabra peronista ni hablar de Evita, hoy Jonatan Viale propone una limpieza cultural. El mismo que fue funcionario de Cristina, en la secretaria de medio ambiente.
Hoy lanzan al escarnio los monumentos de Néstor, de Eva y de Perón. No hacen una sola obra, pero si roban el trabajo ajeno. Solo cambian nombres y dan clases de ética y moral. Ellos no roban simplemente avalan asesinos, violadores de embarazadas y cobran comisiones por la entrega total del patrimonio nacional. Simples oportunistas y mala gente.
Para no levantar sospechas, los de la cúspide alquilan novias. La hermana hace tortas y el resto de gabinete cobra fortunas de un Estado que odian. Maltratan asalariados y jubilados, pero reciben al desclasado Agüero para financiarle un campeonato de mala muerte donde se encuentran ex jugadores que alguna vez le pegaron a la pelota. Todo financiado con la nuestra. Pero no hay plata.
Es muy difícil estar contento, sonreír es un acto revolucionario y llegar con dignidad a fin de mes un milagro. El enemigo es el oficialismo y su cómplice directo esos “compañeros” que olvidaron sus orígenes y su representación.
No es fácil vivir en un país donde la justicia está ausente. Donde los uniformados hacen el ridículo en forma diaria. Es difícil ser el compatriota de un diputado o un senador cuyo objetivo es ser elegido el año que viene o aumentarse el sueldo en dos meses.
Es hora de entender hay que comprometerse con el presente porque el futuro ya no existe. Es hora de reclamar a los jueces que se pongan la toga, los militares sus uniformes y los curas las sotanas para que todos juntos acompañen a la ciudadanía en la búsqueda del pasado para que los días felices vuelvan al país. Si no es así la disolución está a la vuelta de la esquina y Córdoba no será mas una provincia altanera sino otro país, al igual que el norte y la Patagonia.
El ser humano nace, se reproduce y muere. Sabemos que vamos a morir, desconocemos la fecha, pero tengamos dignidad y digamos basta a la tiranía entreguista. Por mas que en el 27 gane un gobierno popular será tarde para todo. El díscolo habrá vendido hasta ese quiosco del andén de la estación Temperley. No esperemos que el sistema imponga los tiempos vayamos por otro sistema, ese que nos incluya y que valore mas a un jubilado que a un youtuber, que un científico tenga tanta prensa como esas atorrantas que se blanquean como empresarias o primeras damas, ese que impongan que un jugador de futbol vuelva a ser un trabajador y no un millonario desclasado.
Se puede, pero necesita del trabajo y sacrificio colectivo. Si los que dirigen siguen en internas de internas pidamos su renuncia. Basta de cipayos en la CGT y en los movimientos populares, basta de ignorantes con cargos y de ladrones de medio pelo.