Opinión

Nada es verdad

Por Dany Wilde.

Javier Milei, futuro ex presidente, tiene como objetivo gubernamental ser la Argentina de hace 100 años, o sea 1924. Falsamente nos dice que Argentina era una potencia comandada por gente de bien. Claro que todos sabemos que miente pero ningún dirigente lo contradice. La Argentina de los años locos era el paraíso de la oligarquía. Años donde un porcentaje muy menor de la población iba de vacaciones seis meses, llegaba a Paris, tiraba manteca al techo y el 9 de julio tomaba chocolate con churros.

La mayoría eran trabajadores sin derechos, sujetos a un contrato de trabajo impuesto por Julio Roca donde debían laborar seis días a la semana, sin francos ni vacaciones ni aguinaldo y si faltaban debían pagar el jornal a su empleador. Esa era la Argentina potencia y a la que aspira el padre de Conan. El preperonismo.

Javier falsifica la historia y ninguno de sus jóvenes acólitos lo contradice porque tampoco han estudiado ni se han informado solo repiten como loros viva la libertad. Sobre la mentira en la historia escribió Arturo Jauretche: “es imprescindible tener clara conciencia de esto. La falsificación de la historia está dirigida a la adulteración de los objetivos, no es tan importante porque haya levantadas estatuas donde debió levantar patíbulos, y patíbulos donde debió levantar estatuas, que haya dividido a sus actores en monstruos y santos, deshumanizándolos para hacerles perder carnadura humana, como en los cuentos infantiles del niño bueno y del niño malo, y desfigurado el paisaje de la historia con batallitas en campos de golf y héroes coloreados como los yesos de santería, para desvincularlo de su raíz telúrica y de toda posibilidad de identificación con el mundo en que vivimos.

La gravedad de la adulteración consiste en que ha estado al servicio de una política planificada para dejarnos sin puntos de apoyo en el pasado, e impedir que, rectificando errores, retomemos los auténticos caminos de la historia. La historia se ha escrito no como tal, sino como propaganda y con aquel concepto de Sarmiento “si es necesario mentir, se miente”, de que Mitre hizo una disciplina científica. Pues aquello es comprensible y discutible en medio de la ofuscación pasional, pero esto otro expresa en frío y deliberado propósito antipatriota.

Así se ha tapado por años y por años el rumbo de la patria grande para que los hombres de la patria chica nos siguieran señalando el camino. Y no otra cosa es el plan cultural que a puesto todos los medios en manos de minúsculos continuadores de aquellos, para que siga la desvirtuación de nuestro pasado y de nuestro destino, incapacitando a la inteligencia argentina para reencontrar su huella”.

Milei repite el concepto de Mitre. Anula lo realizado por el peronismo manchándolo con la mentira y la desinformación. ¿Su único objetivo es hacer de un país una factoría británica con gente empobrecida y convencida que lo peor es lo mejor, no le parece?

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