Por Gabriel Princip
Célebre resultó Eduardo Duhalde cuando allá lejos y en el tiempo dijo: “No hay más mentiroso que político en campaña”. Con la frase instalada en nuestros inconscientes, conscientes y demás no nos importó y siempre creímos en un vendedor de autos usados que cuando llegó al poder exclamó: “Si decía la verdad me hubiera internado en un loquero”.
Los integrantes del amarillo gobierno más su líder, son un ejemplo claro de la mentira en su mejor exposición y ésta es la transmisión en cadena de la misma.
Que Macri diga que una jubilación vale 3 mil pesos más de lo que es, resulta cosita suelta. Pero que le mienta en la cara a la primera ministra británica y a un ex presidente español ya toma características tan peligrosas como internacionales.
Del ámbito local podemos escuchar “no sabía nada del correo”, “si sabía”, “no tengo nada que ver con los papeles de Panamá”, “no tenían actividad”, “los paso a una fidecomiso”, si sabía”, “el futbol gratis es para siempre”, “el futbol gratis hasta el 2019”, “no hay más futbol gratis”, “el segundo semestre, la pobreza cero y Avianca”, etc. etc. etc.”
El líder nos marca la cancha con la complicidad de medios como El trompetín que, además, acusa a Cristina Fernández de todos los delitos habidos y por haber, más el robo sistemático de flores en los jardines de Quilmes. Además pone en blanco sobre negro su deseo de cadena perpetua en los labios de Felipe González. Cuando se aburre del apellido Fernández toma el de Guillermo Moreno y comienza con su aburrida verba: “Ahora podemos creer en el Indec, no como antes cuando nos mentían” y aquí un punto por favor.
El Indec de la verdad, el amarillo, el de los nuevos tiempos de la República nos indica que nuestro gasto en electricidad es del 0,35 por ciento. Para ser gráficos y que se entienda, con ese porcentaje el sueldo promedio en la Argentina es de 67 mil y pico, el pico de los jubilados que se olvidó Macri con Mirta.
Pregunta, ¿Usted conoce mucha gente que gane un salario de 67 mil de los grandes? Segundo, si es así, como dice el Indec de la verdad lo que paga usted por la luz son monedas, ¿De qué se queja? Entonces Macri tiene razón cuando exclama que “nos ponen palos en la rueda”. Imagínese tanta protesta por dos monedas en un sueldo realmente agraciado. Y esto es así porque es el Indec de la verdad, no como el de Moreno. Si, ese mentiroso de Moreno que nos hacía creer que estábamos bien, que se podía vivir, que las tarifas eran baratas y encima que la justicia, la de Macri, le dio la razón, o sea no mentía.
Mañana, pasado y la semana que viene el espacio amarillo seguirá con su política de no decir la verdad. Llegará la campaña rumbo a las elecciones y veremos a candidatos que prometerán aumento de sueldos, campeonatos para All Boys, conciertos de música clásica del Piti Álvarez, el sueco como idioma nacional, la ropa interior será usada del lado de afuera, Mercedes Benz para los pobres que no comen y trabajo para los diputados que pululan en ese lugar llamado Congreso.
En una palabra, cualquier cosa puede ser transmitida por cadena total no se ha de cumplir. Cada mensaje terminará con “Y ellos se robaron todo”, decimos la verdad, somos transparentes, honestos, decentes, y lazarillos de una sociedad ciega por el populismo. De más está decir que nada se cumplirá y la pobreza seguirá invadiendo los hogares de una clase media pauperizada. Los medios seguirán certificando la verdad en bocas amarillas, el malestar seguirá consolidándose y la pregunta del millón y del final es que pasará por la cabeza del votante amarillo, ya empobrecido, que día a día hace papelones cuando intenta defender lo indefendible y sabe, aunque no lo diga, que el ajuste más temprano que tarde dará cuenta de él, su familia y sus amigos.
Enfrente, el K, el peronista, seguirá luchando para que vuelva la yegua, la chorra, la misma que garantizó una década de bienestar tratando de que los dueños de la verdad, los autores del sinceramiento, los libretistas de esta película de horror huyan como ratas de albañal y sus votantes alguna vez se den cuenta que el populismo como dicen ellos es la única garantía de un mejor vivir. Muchachos, si no votan a ya saben quién y optan por quienes ustedes ya saben, todos sabemos que la alegría no volverá a los hogares y no podremos mandar al exilio a la tristeza, al saqueo y a la punta oligarquía.