Mal entretenidos
Por Bret Sinclair
Los medios hegemónicos nos entretienen, diariamente, con una rutina de hechos de inseguridad, panelistas a los gritos y conductores mal hablados. Todos auspiciados por laboratorios. Nada de contenido se obtiene encendiendo el televisor.
Sin autocrítica, cualquier soldado de la caja boba dirá “estamos para entretener”. Esto no es cierto, están para distraer, desinformar y mentir.
El planeta está en ebullición. El cambio climatológico ya no es solo una noticia. La clásica guerra entre la Otan y Rusia puede convertirse en el principio del fin y nosotros discutimos las elecciones del imperio versión local.
Nada nos cuentan, nada nos dicen, nadie relata que pasa y que sucederá. Desde este espacio solo podemos agregar que la historia se repite y que siempre el poder se deglute a los pueblos y los somete a la pobreza y decadencia total.
Dijimos que la historia se repite. En 1974 el presidente Juan Perón hablaba por última vez de la distribución de la riqueza y si esto no pasaba la alternativa era la supresión del humano a través de una guerra o por el camino del hambre.
Fue célebre la frase de Lyndon Johnson. ”Cinco dólares invertidos contra el crecimiento de la población son más eficaces que cien dólares invertidos en el crecimiento económico”.
Eisenhower pronosticó que si los habitantes de la tierra seguían multiplicándose al mismo ritmo no solo se agudizaría el peligro de la revolución, sino que además se produciría “una degradación del nivel de vida de todos los pueblos”. También el ex presidente yanqui, en su último discurso, dijo que si la nación americana no controla al complejo militar e industrial estadounidense la democracia no tenía sentido alguno. Este buen acertó. El nivel de vida bajó en el planeta y la democracia no tiene sentido alguno gracias al poder de las corporaciones que
dominan el complejo militar.
Usted dirá que lo relatado pasó hace tiempo y en otro lugar. Bien, encienda el televisor. Guerras, pobreza, muerte, terremotos, miserias humanas en un planeta, que, gracias al poder económico, busca la fecha de vencimiento.
Mientras esto sucede, aquí en nuestro país, nos peleamos por votar a Massa, Larreta o la borracha. Nos olvidamos que todos son soldados del imperio. Nos peleamos por ellos ahora cuando en seis meses ellos darán cuenta de nosotros. Hoy sonríen mientras nosotros militamos, mañana seguirán sonriendo mientras una lágrima caerá de nuestra retina como símbolo del fracaso.
La diferencia entre los cadetes del poder y el pueblo es la mentira. Desconocen la verdad porque saben que no es negocio. Nosotros distinguimos entre la verdad y la mentira, pero cada cuatro años nos dejamos engañar por esos vendedores de autos usados, que en este país se le dice candidatos, ¿no le parece?