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La Universidad de La Matanza recibió donaciones y acogió a gente en situación de calle

Las temperaturas bajo cero que golpearon fuerte al Conurbano durante la semana pasada, despertó la solidaridad de distintos sectores de la sociedad movilizados para ayudar a las personas que se encuentran en situación de calle.

La Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) se sumó al compromiso y se posicionó como punto de referencia para la recepción de donaciones y la contención de aquellos que, debido a la ola polar, están expuestos a un severo riesgo por no tener un techo que los cobije.

La iniciativa tomó estado público y alcanzó una enorme repercusión en redes sociales y a través del boca a boca, lo que provocó que, desde primera hora del viernes, comience a llegar una importante cantidad de personas con ánimo de colaborar.

Muchas de ellas acercaron bolsones con ropa de abrigo y frazadas (se recibieron 3.000 paquetes) para que fueran entregadas a los más necesitados durante la noche más fría del año. Más de 400 personas, incluso, se presentaron como voluntarias en la tarea de clasificar lo recibido y darles atención a las personas durante la estadía en la Universidad.

La UNLaM mantuvo abiertas sus puertas durante la madrugada para cobijar a los más necesitados y para que estos pudieran pasar la noche resguardados del frío, con una infusión caliente, comida y un lugar donde dormir.

Se acondicionó uno de los gimnasios con colchonetas para disponer de lugares más cómodos y se instalaron estufas para acondicionar la temperatura.

“No podíamos quedarnos con los brazos cruzados. Quisimos darles lo necesario y contener a la gente en situación de calle y, además, generar conciencia sobre esta situación”, afirmó Ignacio Fernández, el presidente del Centro de Estudiantes. Romina Merino, la secretaria general del gremio estudiantil, agregó: “Surgió de la voluntad de ayudar, que es una característica del argentino. Y muestra que la Universidad no queda ajena a ayudar a los que ni siquiera tienen un techo”.

En total, se contabilizaron más de 500 personas que recibieron asistencia. Algunas se quedaron a dormir y a comer en la Universidad, otras se acercaron a pedir ropa y frazadas, y también, se organizó una recorrida por los barrios para entregar donaciones a las personas en situación de calle. Las donaciones sobrantes ya comenzaron a ser distribuidas en entidades de bien público de la región.

Se trató de una campaña solidaria que fue organizada a través del Centro de Estudiantes y con la participación del personal de las diferentes áreas de la Universidad, y la colaboración de otros espacios de la comunidad como los Bomberos Voluntarios de La Matanza.

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