La trampa diaria
Por Dany Wilde
El país está mal, muy mal y quizás el planeta haga juego. Hoy las mayorías caen en la trampa diaria que el poder les tiende. Hoy, como nunca, gobierna una elite que desconocemos sus rostros y nos presentan en sociedad a sus soldados, los integrantes del sistema.
Hoy vivimos en un sitio donde una pizza llega más rápido que una ambulancia. Donde el inteligente debe callar para no ofender al ignorante. Vivimos en un país donde vibra más un teléfono que un corazón, donde la comida está llena de químicos y el jabón contiene cereales y miel. Así vivimos hoy.
Somos peronistas, pero elegimos a un liberal o a un marxista para que la derecha no gobierne. Somos católicos, pero votamos a masones en lugar de un cura. Y elegimos a socialistas que apoyan a los fascistas. Hoy usar pantalones rotos, un celular nuevo y hablar sin saber lo que se dice nos califica de modernos. La sociedad de consumo nos hizo olvidar el buen gusto en la vestimenta, la música y la cultura. Vivimos en un país donde importa el envase y la forma jamás el contenido, así estamos.
John Lennon nos decía, en Imagina, que nos escondemos para hacer el amor, pero todo lo malo lo hacemos a la vista de todos. Hoy los teléfonos son más inteligentes que los dueños y las redes están llenas de caras felices, pero las maneja gente triste. Hoy la mentira es diaria y rutinaria mientras que la verdad constituye un acto revolucionario. Elegimos para gobernantes a quienes nos entregaron para que nos sigan martirizando. Al empresario ladrón lo justificamos y al político que es inocente lo tildamos de ladrón. Vivimos en la Argentina donde Macri se llevó mil millones de dólares para haber endeudado el país y está libre, sin embargo,
Milagro Sala hace 8 años que está detenida por que dicen que arrojó huevos a Morales.
Así estamos, así vivimos. Hoy los animales son más amigos que las personas y no llenamos de contactos virtuales que jamás hemos conocido. Nos encantan que nos persigan por tuiter para que reconozcan nuestros insultos. Nos jactamos de que no perdemos el tiempo para leer un libro, pero estamos casi la mitad del día conectado a un tik tok, una computadora o enviando memes. Así estamos, en un siglo totalmente decadente donde casi 30 fórmulas se presentan en elecciones para que triunfe la embajada norteamericana. Vivimos en un mundo fragmentado, donde la familia del siglo 20 está en extinción y la sociedad en remodelación.
Asistimos a la previa de la tercera guerra mundial y la muerte de la verdad gracias a la inteligencia artificial. Nos jactamos de la cibernética y nos olvidamos que la pobreza aumenta día a día en el planeta. No tiramos un papel en el suelo y retamos a quien lo hace, pero dejamos que nos arrojen agrotóxicos, nos envenenen con los alimentos y nos vendan remedios que no curan. Así vivimos. Eso sí nos despedimos con un abrazo y un cuídate, pero solo cuidamos a nuestros sicarios, los empresarios, ¿no le parece?