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La tele

Por  Gabriel Princip

La tele, la caja boba, el aparato, póngale el nombre que quiera pero ¿Sabe usted cuál es su  utilidad real? Dejemos la idea de que entretiene, informa y divierte. Como idea teórica y para quedar bien con nuestro amigo el poder real si nos entretiene, nos educa, nos informa y demás giladas. Pero la verdad es muy distinta.

Nos controla. La principal forma de control tiene lugar cuando creemos que somos libres y,  en realidad, nos están manipulando y ordenando. Una forma de dictadura consiste en estar en la celda de una cárcel mirando los barrotes. Otra forma de control y de dictadura, mucho más sutil,  te oculta los barrotes y te permite creer que sos libre.

“La televisión provoca que la gente suprima su capacidad de juicio crítico porque la combinación de sonido e imágenes sitúa al individuo en un estado parecido al sueño, que limita la capacidad cognitiva. Hall Becker del  Futures Group, sostiene que mediante el control de la programación de las noticias televisivas se puede crear la opinión pública manipulando la forma en que la gente piensa y actúa. Sigue Becker, los estadounidenses creen que los gobiernan unos burócratas de Washington que legislan y mueven el dinero. Pero no es así, los estadounidenses están gobernados por sus prejuicios, y sus prejuicios organizados a través de la opinión pública…Creemos que lo decidimos todos nosotros. La opinión pública lo decide todo por nosotros. Explota nuestro instinto gregario, como si fuésemos animales asustados”.

Esto es la caja boba. Nos hace opinar de manera importante según nuestra creencia y nos lleva siempre a ser funcional con el poder. La televisión no nos hace revolucionarios ni héroes: Nos hace creer que tenemos que tenemos juicio crítico y sólo repetimos las consignas que nos marca el aparato para la alegría de la oligarquía.

Los maestros de la comunicación de masas y la guerra sicológica crean y manipulan estereotipos. La idea es lograr que el destinatario  no piense con claridad.  El sobrino de Freud, Edward Bernays manifestó “nos gobiernan, nos modelan la mente, nos forman los gustos, nos sugieren las ideas, y lo hacen personas de la que jamás hemos oído hablar. Sea cual sea la actitud que elijamos adoptar ante esta situación, sigue ocurriendo, en casi todos los actos de nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito de la política o los negocios como en nuestra conducta social o nuestro pensamiento ético, que estamos dominados por una cantidad reducida de personas. Son ellos quienes mueven los hilos que controlan lo que piensa la gente y quienes encauzan las fuerzas sociales e idean nuevas formas de sujetar y guiar el mundo”.

En Argentina, los programas políticos tienen gran atracción pero quizás aquellos superficiales lo superen en rating, pero ambos tienen un eje conductor y es hablar en forma falaz del anterior gobierno. Lo hacen en forma cotidiana y hasta el hartazgo al punto que el televidente cae en la trampa y termina odiando a aquellos que le indica la pantalla y votan a quien verdaderamente les hace mal.

Es la caja boba, la única que no puede emitir algún pensamiento inteligente. Está al servicio del poder y es la que invade el hogar a diario. Poca gente se forma, menos gente lee en forma continua pero la mayoría mira televisión. El resultado de esta ecuación es la actualidad.

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