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El gobierno desespera por lograr un acuerdo con el Fondo. Funcionarios que no pueden dormir, necesitan completar su trabajo de recolonizar a la población de un territorio a punto de desmembrarse.
Así actúan los liberales. Perón pagó la deuda y fue odiado. Néstor hizo lo propio y se lo trata de chorro. Evidentemente existe una parte de la sociedad que le encanta ser dominada, empobrecida y saqueada.
El periodo peronista fueron los días más felices, a principios de siglo se logró estabilizar y crecer, pero llegó Macri. En el 2018 logró terminar con la Argentina. Un préstamo ejecutado por el actual ministro que actuó como 15 bombas atómicas. Alberto no solucionó nada y Milei completa la obra del gran mafioso.
En su obra “Sin Mordaza”, Jorge Rachid explicó: “el FMI, al que Perón había rechazado en 1951 después de los acuerdos de Bretton Woods por ser una herramienta de dominación capitalista junto al Banco Mundial y las consultoras, que evaluaban y calificaban el riesgo país, fueron ocupando el panorama cotidiano de los argentinos. Nuevos términos comenzaron atorturarnos en los 90, tales como: deuda externa, auditorias coloniales del FMI, metas de inflación, en un diccionario inacabable de conceptos económicos que cambiaron nuestras
vidas”.
Los 90 se transformaron entonces en el ícono neoliberal, el presidente era recibido con alfombras rojas y halagos en todos los centros del poder de la corrupción mundial. Los negocios se multiplicaron con las privatizaciones de empresas públicas a precio vil, con bonos basura que terminaron en manos de los buitres, se apropiaron del sistema previsional, se privatizaron la higiene y la seguridad con las aseguradoras de riesgo, todas dependientes de bancos multinacionales.
Hoy se juega el segundo tiempo. Los tiempos de crecimiento, dólar bajo e igualdad social fueron aplastados por frases hechas y falaces. Se robaron todo, la chorra, planeros, vagos, y demás. Hoy observamos como la Argentina es un narco estado donde el sionismo se aprovecha de la debilidad mental de un ejecutivo que dialoga con un can muerto.
El oficialismo no duerme porque no acuerda rápidamente para la destrucción nacional, la oposición dialoguista durmió y esa de supuestos compañeros nos cuentan el cuentito de las buenas noches para durmamos.
Es la novela del FMI. Si todo sale bien seguiremos pobres y muy pobres, y si sale mal también. Caputo no duerme porque sabe que el 3 por ciento de comisión sobre prestamos se le puede escapar. Milei se sobresalta porque él y Conan saben que todo puede estallar en cualquier momento y la oligarquía financiera tiene una sola preocupación, donde veranear el año próximo.
La población mientras se entretiene discutiendo a quien votar, por quien optar, si este u otro que ocupe una banca y que no solucione ninguno de sus problemas. En síntesis, que todo cambie para que nada cambie.