La mentira
Por Dany Wilde.
La mentira para los cristianos es un pecado, para los actores un instrumento y para la política su contenido para llegar y manejar el poder. Lógicamente que la política tiene fieles servidores que nosotros les llamamos publicistas, abogados, jueces, periodistas y demás soldados de la gran mentira que es el control total del humano.
Hoy por hoy vemos como los grandes desinformadores nos dicen que todo aquel que no está de acuerdo con la OTAN es una desgracia para las democracias. Apoyan a los cadetes de turno que el imperio nos brinda. La pregunta es porque estos muchachos, casi todos con buenos modales, ojos celestes y corbatas, acuñan la tragedia para el país.
Por qué será que aquellos que representan al liberalismo nos dicen que los anteriores gobernantes eran populistas y ladrones y ellos en nombre de la decencia nos empobrecen. Algo no cierra.
Por supuesto que no cierra y es porque nos mienten. El imperio los coloca en el poder para que cumplan su misión y esta es la del saqueo permanente para que la OTAN pueda financiar sus guerras. Algo así pasaba en otras épocas. La conquista española cambió oro por biblias en el continente americano para financiar todas sus derrotas europeas.
Más cerca en el tiempo Estados Unidos declaró más de 200 guerras en cien años. Todas guerras de conquista y siempre se basaba en la victimización proclamando la paz y la libertad como arietes para penetrar la base política del país a conquistar.
Para avanzar en el triunfo del sueño americano la mentira cumplió un rol fundamental. Para muestra un botón.
Mike Digel, un gran manipulador estadounidense de masas quien entre otras cosas “inventó” al mediocre actor Ronald Reagan como candidato presidencial, montó una serie de imágenes de gran impacto que narraban el “salvajismo” del gobierno iraquí que, obviamente, no correspondían a ninguna realidad, ya que fueron filmadas en Nuevo México por su productora al servicio del Pentágono.
El 14 de diciembre de 2005 el presidente Bush reconoció y asumió toda la responsabilidad sobre sus “errores de inteligencia” en torno al presunto arsenal iraquí. El 6 de abril del 2007, un informe desclasificado del Pentágono descartó los presuntos nexos entre Sadam Hussein y la red Al Qaeda, otro de los argumentos utilizados para invadir Irak. Y al darse a conocer “la edad de la turbulencia”, el libro de Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, quedó ratificado lo que todos sabíamos: “la guerra en Irak fue por petróleo”.
En el libro “El asesinato de la democracia” se puede leer lo siguiente: “en marzo del 2008, el número de soldados estadounidenses muertos en Irak desde el comienzo de la invasión en 2003 llegaba a cuatro mil, el de los iraquíes superaba el millón. El 14 de diciembre de 2008, Bush realizó una gira de despedida en Irak. El periodista iraquí Muntazer, cansado de sus mentiras, lo llamó “perro” y le tiró sus zapatos en señal de desprecio. La Doctrina de Seguridad nacional estadounidense adoptada nueve días después del atentado de 2001 define la actual estrategia con la cual se atribuye el derecho de guerra preventiva en cualquier lugar del mundo”.
Estas medidas siguen vigentes y la mentira abre paso para que los imperios destrocen el planeta, se victimicen y empoderen, aún más, a sus socios mayoritarios, las corporaciones transnacionales.
Cualquier invasión yanqui se basa en una mentira, Israel aprendió. ¿Alguna vez se dirá la verdad sobre lo que está pasando en Gaza? Parte de esa verdad es que la política israelí colaboró para que Hamas secuestrara israelíes y así el país inventado por la Casa Rothschild tuviera la excusa para el genocidio. Hoy en Gaza hay olor a muerte, hambre, caos, polio y también gas o se creyeron que la guerra era por la religión o el territorio. La mentira se sigue imponiendo en el planeta y en nuestro país le seguimos creyendo a los miserables que nos empobrecen, nos saquean y recaudan para la corona en nombre de la verdad y la libertad. Es hora de comenzar a pensar sobre quienes nos informan y apagar la caja boba. ¿No le parece? –