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La guerra sin fin

Por Danny Wilde

El Papa Francisco ya hizo saber que la tercera guerra mundial ha comenzado. Diferente, diversa, pana continental, donde quienes tienen mayor visibilidad son los Estados Unidos.

El país asiático fue ayudado hace 15 días por la ONU en una suma importante en dólares para combatir el hambre. No hay comida pero sí misiles. Pero no sólo es Corea, tampoco es USA, también rodean este hecho bélico Irak, Irán, Rusia, China, Japón, Ucrania y allá a los lejos Sudamérica.

Hoy el imperio yanqui trata de ordenar sus filas y su frente,  porque los enemigos son muchos. Ya ordenó el resto de América a través de un plan de ajuste continental con  la ayuda de las corporaciones que endeudan a sus aliados hasta asfixiarlos.

Del otro del lado del mapa los países asiáticos. Estos,  entre alianzas y contradicciones, pueden generar un desastre mundial dando razón a Einstein  quien pronosticó  que la tercera guerra “no sé cómo se combatirá pero la cuarta será con piedras y palos”.

El conflicto todavía no se desató en forma continua. La amenaza del misil transcontinental que partiría de Norcorea  está latente. La inteligencia de Corea del Sur había informado que el día D era el 9 de setiembre. La fecha coincidía con el huracán Irma, el dictador norcoreano se “durmió”.

Pero si mañana estalla con misil y todo, China aprovecharía para invadir India. Irán, Afganistán e Irak estarían atentos a dar vuelta la pelea con los yanquis. Rusia y China  no desperdiciarían la oportunidad para acorralar al imperio. También Corea ya amenazó a Japón y las fuerzas del Tío Sam ya ocupan parte del este europeo. El norte del planeta pretende ser un polvorín y quizás el ajuste abandone a Latinoamérica.

Pero es sólo una posibilidad, no olvidemos que una de las consecuencias de la segunda guerra mundial fue la aparición de Perón. En su libro “Política y estrategia” Perón dijo “la tercera guerra mundial se ha iniciado ya, pero en un frente secundario, el Asia. Ambos probables beligerantes  se aprestan aceleradamente, abarcando los medios en el principal Europa. Surgirán, indudablemente, otros teatros de operaciones, pero a pesar de ello, puede destacarse que, nuevamente, el destino del mundo ha de jugarse y decidirse en Europa”. Esto decía Perón en la década del 50´, pasó Vietnam, murió Kennedy, cayó el muro de Berlín, pasó  la guerra del golfo, las torres gemelas,  medio oriente en llamas en forma continua, las guerras globales y en pleno siglo XXI estamos como en la década del 50´: no cambió nada.

El imperio yanqui sigue conquistando y pagando grandes costos, el tercer mundo pierde población, territorio y habitantes con la imagen falsa de  gobernantes tiranos. En nombre  de la libertad y la democracia, el imperio secundado por el complejo militar e industrial norteamericano coloca al planeta a punto de estallar. Sólo el Papa Francisco trata de impedir algunos conflictos bélicos diseñados por las corporaciones supranacionales.

Mientras tanto en nuestro país el gobierno de derecha de Mauricio Macri recibe a Obama, el vicepresidente norteamericano, el presidente israelí y demás componentes del eje que somete al universo. Macri, atento a cada acto de entrega, se ajusta a los designios del imperio poniendo en riesgo a sus conciudadanos ante la posibilidad de algún atentado como en la década del 90´ y colocándonos al servicio de su majestad el imperio ante un posible evento mundial.

Perón supo eludir la injerencia Argentina en la segunda guerra mundial. En la década del 40´ el agente y dibujante Walt Disney era el encargado de visitar cada país sudamericano para convencerlos de entregar soldados para el combate. Brasil fue el país que más entregó gente para las primeras líneas de la guerra. Argentina no aceptó el convite. Como consecuencia de la guerra, Inglaterra sacó la bota sobre la cabeza criolla y surgió el peronismo.

Macri no tiene uñas para el guitarreo de imitar a Perón. Lo más probable es que coloque a la Argentina en la misma posición que lo hizo Brasil en los 40´. Y en la parte económica, de producirse un conflicto bélico tampoco imitará al general porque le gusta más la posición de comandar un país colonizado. Hoy el planeta es un polvorín y no se observa a nuestro gobierno en una posición protectora con respecto a sus habitantes.

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