La farsa
Por Gabriel Princip.
Explicar que la mentira ocupa las 24 horas del día en los medios hegemónicos falsos informantes del mundo de la política y el espectáculo es casi obvio, no es novedad. Pero para aquellos ingenuos, crédulos y faltos de formación hay que contarles la trama veraz de la motosierra.
Javier Milei es un muchacho con problemas emocionales que saltan a la vista pero que el poder económico creyó que serviría para sus fines políticos, estos fueron y son el acabose del peronismo y la recolonización del país.
En principio, hasta resultaba simpático sus ataques de histeria que, según los entendidos, eran simples actuaciones. Pero no fue así, la verdad siempre sale a la luz y esta vez no pudo ocultarse.
Milei siempre estuvo en el proyecto Macri. El hijo de Franco pensó realizar un simil del PP español en la Argentina, o sea derecha pura sin la molestia radical y pequeños partidos que no son del agrado del mayor saqueador de la historia.
Pero en el objetivo para el proyecto final existía una logística y esta era destruir a Larreta, matar al sicario del pelado o sea a la Bullrich, obtener el triunfo con el padre de Conan y finalmente deshacerse de la peluca más famosa del país.
Proyectos mafiosos si los hay, una farsa que solo sería útil mientras el peronismo seguía contando costillas a sus candidatos. Una vez que los herederos de Perón encendieron la maquinaria el candidato triunfó en la primera vuelta. Falta el balotaje, pero ya sabemos que Macri confirmó lo que todo presumíamos, nunca trabajó para juntos para el cambio y siempre fue y es un perverso.
Para ser claros, Milei luchó contra una casta que hoy obedece. Su noviazgo por contrato ya finalizó. El sindicalismo berreta lo abandonó, los radicales buscan refugio en Massa al igual que la gente de Schiaretti. Todo se encamina al triunfo del tigrense, solo falta que mendocinos y cordobeses entiendan que el espacio que votan solo sirve para que Macri no se vista con el traje a rayas.
La embajada no lo quiere, sus hermanos tampoco, el pueblo argentino menos, es hora de que Mauricio muerda el polvo de la derrota. Massa no es Perón, pero al menos tenemos la esperanza que no habrá dolarización, ni pobreza extrema. Su alma liberal está vigilada por el peronismo que tampoco entregó un cheque en blanco. Por eso no se equivoque, si le gusta Milei espere otra elección porque en esta el hombre de la motosierra es un empleado más de Macri, ¿no le parece?