Con su cabello enhiesto, los ojos fulgurantes, y la actitud majestuosa y rampante de los grandes depredadores, el Presidente argentino, Javier Milei, anunciaba la “hora de los leones” en el Congreso de la Nación durante su excusa propagandísticamente discursiva de elevar a consideración del Poder Legislativo el Presupuesto solicitado para el ciclo 2025.
Las cámaras, hoy ya completamente amaestradas en el arte de no ponchar espacios vacíos, ni la oquedad reflejo de las mentes impávidas de la claqué, se paseaban entre las tribunas plenas de partidarios emperifollados y blondas señoritas que distraídamente mostraban su mejor perfil de bolistas de reparto, dispuestas a retratar la épica presentación como Adorni manda.
La epopeya libertaria se anunciaba en rabiosos aplausos cada vez que el rey león bastardeaba a las ratas opositoras que serán abucheadas en el futuro cercano por su vileza que retrasa la hora de la gloria de la República desde hace cien años con sus eternas prácticas decadentes.
Sobre el final, búho y casi sabio, el primer mandatario tal vez iluminado por la sapiencia de su respetado Carlos Saúl The First, empardó sus conocimientos de Historia citando a grandes filósofos y estadistas del pasado remoto. Esta vez, no fue con frases sacadas de las obras completas de Sócrates, sino con una filípica de Marco Tulio Cicerón, dirigida hace más de dos siglos a quien sabe quién:
“El presupuesto debe equilibrarse, el tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la ayuda a otros países debe eliminarse, para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe nuevamente aprender a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado.”
Si bien en ningún momento el Excelentísimo dio detalle del momento en que Cicerón pronunció estas palabas, ni a quién se las dirigió, el sí hizo blanco hiriente de las mismas a los pocos legisladores opositores presentes, a quienes chicaneó diciéndoles “ustedes de eso, no aprendieron nada°, para que estallaran los vivas y aplausos rabiosos de sus ministros, senadores, diputados, y las “fuerzas del cielo” a pleno, en oda triunfal a su semidiós de la selva.
Así, con su cohorte de grupines aplaudidores a pleno, terminó la presentación nuestro benemérito elegido de su futuro presupuesto a consideración del Poder Legislativo.
Hubiera sido una noche perfecta, de no ser por las benditas fuentes.
¿Las de la Plaza de los Dos Congresos? – preguntarán los libertarios de la primera hora.
No, las de las frases mágicas, contestará el cronista.
La cita de Cicerón, a simple lectura, es falsa.
Sacada de internet, plena de horrores históricos e inconsistencias abundantes, quizás habrá sido seleccionada por la diputada influencer cosplayer Lemoine, que habría visto que la repiten desde hace años como cierta personajes varios de la “nueva derecha meritocrática mundial”, citando éstos que proviene de poco comprobables fuentes como “el muro de un amigo”, todo da a entender que la célebre cita solo sería una fake new de dos milenios de antigüedad.
Ricardo Benjamín Salinas Pliego, CEO del Grupo Salinas, Presidente de TV Azteca, dueño además de Elektra, Banco Azteca y Total Play, una de las principales fortunas de México, la dijo sin siquiera sonrojarse en setiembre de 2012 como ¡»sacada del muro de un amigo!”
Antes, otro iluminado de nombre Marc Vidal, el 10 de marzo de 2010 la sube en su blog, con la misma frase que Salinas como fuente, con el título AÑO 55 AC: “Hace unos días un amigo recordó algo en el muro de mi página de facebook. Era una cita de Marco Tulio Cicerón. Hace un par de años ya la recordamos en este blog, fue en un comentario vuestro… Dice así: «El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado,…”
Un año después, el 14 de Julio de 2011 un tal Loreto Palacios Rodríguez la comenta como cierta en LA TERCERA (Chile) en una nota titulada “ Histórico – Cicerón y el Estado…”
El “Gran Diario Argentino”, CLARÍN; el 16 de enero de 2012 la publica en OPINIÓN con el título “Escrito en el 55 a C. pero todavía vigente…”
La famosa frase replicada una y otra vez, adolece siempre, al igual que Milei, de fuentes verificables. Ninguno de quienes la publicaron, en absoluto, cita en qué inexistente documento de la antigua Roma fue mencionada.
Esta sentencia plagada de palabras e ideas inexistentes en esa época, da por hecho que Roma tenía deuda pública (algo que no existió hasta varios siglos más tarde), o que «ayudaba a otros países” cuando su expansionismo era de conquista y el rendir tributo correspondía al conquistado, o que «La gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado»… cuando sus clases sociales, “la gente”, eran CIUDADANOS, esclavos, artesanos, soldados… ¡o amos!
Así, públicamente, compartimos una barbaridad dicha con total desparpajo en un discurso público del Presidente de la Nación que de seguro dará la vuelta al mundo, y que las descerebradas focas aplaudidoras y los funcionarios que deciden el destino del país, en pleno, aplaudieron a rabiar como cierta.
Con éste antecedente… ¿qué legislador se animará a aprobar el Presupuesto presentado, cuando hasta la frase de cierre de esa presentación es falaz?
¿Estaremos condenados a la liviandad de la neo mentira, o a la de la falsa verdad?
Como sea, con éstos gobernantes… ¡Estamos condenados!
JUAN ROZZ – 16/ 9/2
(el día después)
