La democracia está herida de muerte. Esto se debe a que fue golpeada, vituperada y herida de muerte por la mentira y a la desinformación. Las llamadas fake news actúan como sicarios del sistema.
Los medios hegemónicos dan a conocer, sin chequeo alguno, que la diputada o el senador han robado o matado. Una vez que la noticia salió al aire, un dirigente político realiza una denuncia judicial. Otra vez se publica la desinformación y al día siguiente todos los medios cubren la mentira. Esta irá a parar a tribunales donde jueces cómplices juzgarán en base a lo publicado.
Causas, juicios y demás instrumentos jurídicos forman parte de una democracia que solo representa al poder. Todo líder popular es cuestionado por la justicia basada en una fake news mientras que aquellos que representan a la oligarquía nunca son sancionados a pesar de sus delitos probados.
En su obra “El asesinato de la democracia”, Aram Aharonian escribió: “hoy desde el norte nos dicen que lo emocional lo invade todo, lo justifica todo. Yo siento que “las cosas van mal”, luego van mal. Yo “creo” que las cosas ocurrieron así, luego ocurrieron así. Pero la realidad sigue allí, más allá de esas versiones.
Es la demagogia del “todas las opiniones merecen respeto”, ya sea la de un profesional como la de un iletrado. Tanto vale mi impresión como una estadística, una emoción como un dato. Ya cualquiera cree que puede ser periodista, sin estudios, sin conocimientos, sin formación democrática alguna.
Aprovechando estas falencias el poder abusa. Los abusos del poder no son monopolio de dictaduras, se dan también en las democracias formales y en gobiernos neoliberales donde lo más importante es crear una imagen exitosa del gobernante en el imaginario colectivo.
Por ejemplo, el asalto al Capitolio se pudo dar por las mentiras de un presidente, Donald Trump, que un ecosistema mediático favorecía, promovía y creaba, ntoxicando a la opinión pública. De hecho, la mayoría norteamericana cree que a Trump le «robaron» las elecciones de hace 4 años.
Entonces mientras los medios hegemónicos hoy con la ayuda de las redes sociales tengan a la mentira como factor determinante en su trabajo diario muy difícil es crear un sistema democrático de utilidad para las mayorías. Mientras la verdad esté secuestrada y la información real se encuentre en el exilio, el sicariato de las falsedades y las mentiras destruirán el sistema democrático. ¿No le parece?