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La CGT endurece su ofensiva contra Milei y prepara una masiva movilización para el 1° de mayo

Con inflación en alza y salarios por el piso, la CGT define este martes el alcance de la próxima ofensiva contra Milei, anunciada para el 1° de mayo.

Con el rebrote inflacionario como telón de fondo y una devaluación que promete agitar aún más el malestar social, la Confederación General del Trabajo (CGT) prepara una nueva avanzada contra el gobierno de Javier Milei. Tras el tercer paro nacional que, según sus organizadores, tuvo alto acatamiento y generó un fuerte impacto político, la central sindical confirmó una nueva jornada de protesta para el próximo 1° de mayo, Día Internacional del Trabajador.

La decisión, que será afinada este martes en la sede de Azopardo, se inscribe en un clima de creciente tensión entre el movimiento obrero y una administración que, según distintos sectores gremiales, ha cerrado toda posibilidad de diálogo.

Un paro “contundente” y una estrategia de presión sostenida

Desde la conducción de la CGT aseguran que el paro del pasado miércoles marcó un antes y un después. “Al Gobierno le entró el golpe”, sentenció un dirigente cegetista al evaluar la medida de fuerza que, a pesar de la jugada de la UTA para restarle fuerza, logró paralizar buena parte del país.

Octavio Argüello, triunviro de la CGT y referente de Camioneros, fue categórico: “El paro fue contundente, generó impacto y sirvió para poner en agenda nuestros reclamos”. Según el dirigente, no hay expectativas de que la Casa Rosada modifique su hoja de ruta. Por el contrario, anticipan una escalada del ajuste sin precedentes.

La movilización del 1° de mayo y las opciones sobre la mesa

Con ese diagnóstico, la CGT ya puso fecha al próximo capítulo de su plan de lucha. Este martes, el Consejo Directivo debatirá los detalles de la protesta del 1° de mayo, que podría materializarse en un acto en un estadio de fútbol —como ocurrió en Defensores de Belgrano en 2022— o bien en una convocatoria sindical en la sede del movimiento obrero con conferencia de prensa incluida.

Más allá del formato, lo que está definido es el mensaje: denunciar la pérdida del poder adquisitivo, reclamar aumentos para jubilados y rechazar cualquier intento de pisar las paritarias. “No puede existir una Argentina con precios libres y salarios pisados”, advirtió Héctor Daer, otro de los triunviros cegetistas y hombre fuerte de Sanidad.

Inflación y paritarias: el centro de la disputa

El dato del 3,7% de inflación en marzo, sumado al impacto de la reciente devaluación y las exigencias del FMI, refuerzan el diagnóstico gremial de que el poder adquisitivo está en caída libre. “Lo que quieren es que caigan los ingresos. Por eso no actualizan el bono a los jubilados ni impulsan un aumento de emergencia”, remarcó Daer.

La CGT advierte que el Gobierno sostiene una política deliberada de techo salarial, al no homologar paritarias que superen la inflación. Esta decisión, según los sindicalistas, empuja a una mayor conflictividad laboral. “Es una posibilidad”, reconoció Argüello respecto a implementar un plan de lucha con medidas escalonadas.

 

Tensión latente por las obras sociales y el rol del peronismo

La relación entre la CGT y la Casa Rosada está completamente rota. No existen canales formales de diálogo, y en la central obrera sospechan que el Ejecutivo podría volver a presionar sobre las obras sociales sindicales, como ocurrió la semana pasada con la UTA.

En paralelo, la interna del peronismo también se cuela en las conversaciones. Muchos dirigentes gremiales ya expresaron su respaldo al gobernador bonaerense Axel Kicillof como eventual líder del PJ. “Cristina tiene el boleto picado”, deslizó un cuadro con experiencia del sindicalismo, convencido de que el exministro de Economía debe asumir el rol de principal referente opositor.

Lo que viene: más conflicto y menos diálogo

En la CGT entienden que el Ejecutivo no busca consensos ni negociaciones. Lejos de eso, prevén que lo que se avecina es un endurecimiento aún mayor de las políticas oficiales. Ante ese escenario, los sindicatos se preparan para resistir.

Sin señales de conciliación por parte del Gobierno, el 1° de mayo se perfila como una nueva muestra de fuerza del sindicalismo, decidido a no dejar pasar lo que considera una ofensiva directa contra los derechos laborales y sociales.  FUENTE .   GLP

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