Por Dany Wilde
El plan económico que el gobierno derechista implementa es un éxito sólo para una minoría, la misma que sufre cuando observa a las mayorías con derechos que la igualan. En las épocas del hijo de Franco, la oligarquía engorda de felicidad. Paga menos impuestos, obtiene pingues y mayores ganancias y como plus, el pobre ocupa su lugar en la sociedad, debajo de la bota del poder.
Salvo en la década K, desde 1976 las políticas liberales hicieron desaparecer el sentir democrático, nacional y popular. El retorno al pre peronismo se acentúa día a día. Maximiliano Pedranzini en la obra “El pensamiento nacional” cuenta: “Jauretche es rotundo al afirmar lo que ocurre cuando “ la dictadura de los grupos financieros” tienen en su poder “ el manejo organizado de los medios de formación de las ideas”, impidiendo que “ los pueblos tengan conciencia de sus propios problemas y los resuelvan en función de sus verdaderos intereses”, como ha sucedido de forma alevosa con la dictadura cívico-militar de 1976, y la reforma neoliberal del estado puesta en marcha a partir de 1992 ya en democracia. Como corolario de esto- dice Jauretche- “grupos capitalistas tienen en sus manos la universidad, la escuela, el libro, el periodismo y la radio. No necesitan recurrir a la violencia para reprimir los estados de conciencia que le son inconvenientes”.
Hoy estamos viviendo la reedición de cualquier período antipopular. Algunos lo comparan con la década infame, muchos con la revolución fusiladora, otros con el proceso y los menos con la década del 90´.
Menem implementó un proceso ajustador pero no llegó a la represión ni a la persecución política. En cambio, aquellos que integraron el pre peronismo más las dictaduras militares no tuvieron inconveniente alguno en encarcelar, reprimir y matar a aquellos cuya ideología brindó años de felicidad a las mayorías.
Para muestra un botón y es la que cuenta Pedranzini: “Martínez de Hoz se había vinculado con Rockefeller, en 1970, desempeñándose como miembro del Comité Internacional del Consejo de Administración del Chase Manhatan Bank y se había aquerenciado asimismo con la poderosa United Steel de Pittsburg. La Argentina, con Joe en el Ministerio de Economía, resultaba una garantía. Solamente que esa “garantía” de reconversión económica a favor del imperialismo yanqui no podía concretarse sin represión porque-habrá pensado Rockefeller-hay todavía muchos quijotes en la Argentina dispuestos a oponerse con furia a la extranjerización de su patria…cuando ello no es más que la incorporación a la civilización globalizada de nuestros días. Por esa razón, para que Joe hiciera su trabajo, se necesitaba la crueldad sin límites de Videla, Camps y los Menéndez”.
Claro que previa del golpe necesitó de la logia P2 que infiltró a Triple A y Montoneros, la Cia que adoctrinó a López Rega para la creación de un grupo militar y el accionar de un buen amigo de Videla, el ministro Celestino Rodrigo, que supo derrumbar la economía para el desarrollo del próximo gobierno, que sí acordaría con el FMI y no como el de Isabel Perón que, por instrucción precisa de su esposo, nunca llegó a un acuerdo con esta corporación financiera.
Este raconto histórico nos sirve para poder entender el actual gobierno y a todos aquellos que tienen como estrella principal de sus películas con infeliz final, al ajuste.
Hoy la derecha, por primera vez en la historia con el poder real dentro del gobierno, ejecuta una política de ajuste cuyo objetivo central es el sometimiento al imperio. Una economía basada en la destrucción de la industria nacional, con la apertura de las importaciones, ajuste en la inversión social y aumento indiscriminado de tarifas e impuestos bajo la idea de un mentiroso sinceramiento no hace más que derrotar de plano a las causas nacionales y los componentes de las mayorías populares.
Con la excusa de la corrupción del gobierno anterior, solo probada en los medios, la derecha da por tierra con los sueños de las clases medias y bajas. Los derechos obtenidos por el peronismo de a poco van cayendo y los días macristas gozan de una tristeza total. La tasa de suicidios aumenta día a día, lo mismo que los homicidios, según dan cuenta las estadísticas. La moral del argentino medio cae en forma cotidiana, sólo se salvan de esta situación aquellos que hicieron del resentimiento un culto sin importar su clase social y los miembros de las clases altas.
La agonía del ajuste se vive en forma diaria. El ajuste es un asesino serial que nunca recibió el castigo correspondiente. Mató en forma indiscriminada a lo largo del siglo XX, supo huir con Perón en el poder. Volvió en el 55´ y se aburrió de asesinar hasta la llegada de Néstor. En el 2003, tomó el camino del exilio hasta que en el 2015 Macri decidió su retorno. El presidente consideró que el ajuste merece otra oportunidad, que su exilio fue injusto y que el gobierno diseñó el ámbito adecuado en el país para que nuevamente actúe y de fácil cuenta de mujeres, jubilados y niños. Porque su proyecto y objetivo central es el genocidio económico para una reducción poblacional, tal cual se decidió en Europa en 2015 por las corporaciones supranacionales.