Por Napoleón Solo
El presidente Macri es ingeniero, nadie duda de su título, salvo cuando realiza un discurso y se nota la falta de contenido propio de alguien que alcanzó el grado universitario. Jorge Macri es intendente y presidente del grupo Macro, sólo con haber hecho la secundaria. Laura Alonso no pudo acceder a un cargo porque no era abogada y se le armó un decreto para que conduzca la oficina anti corrupción y se la pase mirando el cielo. La vicepresidente Michetti manifestó más de una vez que desconoce el reglamento del Senado.
El ministro de medio ambiente dijo que no sabe nada del tema. El nuevo titular de Aerolíneas Argentinas dijo a quien lo nombró en el cargo “¿Estás bien? ¿Tomaste algo? Porque yo no sé nada de esto”. La ministra de inseguridad entiende que podemos ver desde el llano las matrículas de los aviones. Ritondo, ministro de seguridad de la Provincia, te cuenta que los homicidios se redujeron un 150 por ciento, o sea, hay gente que revive. Vidal tiene buena imagen y no sabemos por qué, porque tampoco entendemos cuando habla. El ministro de trabajo no sabemos de qué trabajó en su pasado, tampoco entendemos porque el ministro de economía era un ñoqui militante que todavía cobra en el Senado.
Fernando de Andreis ocupa un lugar importante en el gabinete, de profesión pariente. Oscar Aguad es ministro de comunicaciones y descubrió este año que pronto se podrá hacer negocios en internet. Mercado Libre, agradecido. Hernán Lombardi, empresario del turismo a cargo de los medios públicos. Se pasea por un ámbito que entiende tanto cono el Chapulín Colorado de física cuántica.
Carolina Stanley dicen que es abogada, tantas cosas dicen. Si dejamos el gabinete y nos trasladamos al legislativo encontraremos a filósofos de la talla del diputado Olmedo, Leandro López, o la jujeña Burgos donde uno se pregunta, ¿Qué habremos hecho para escuchar tanto ignorante por televisión?
Esto es parte de un gobierno que como dice una canción de Copani son “burros y fascistas”, o como Charly García calificara: “es un gobierno de ignorantes”. Vale la pena hacer una comparación con el gobierno anterior donde todos sus componentes tenían un título universitario o en el caso de Aníbal Fernández, dos.
Ni hablar de causas judiciales. Los K fueron denunciados luego de dejar el poder, salvo dos o tres casos. Todos los componentes del gabinete tienen más de 300 causas, el presidente asumió con dos procesos y el New York Times califica a Macri como el presidente más corrupto del planeta. Debemos entender que hay algunas diferencias y que el entreguismo actual parte de la corrupción y encuentra su aliado en la ignorancia. Poco se puede esperar de un gobierno cuyo representante de la cultura nacional sea “El Mago sin dientes”.
