Gorilas
Por Dany Wilde.
La vicepresidente acaba de confesar que es peronista. En otro momento también lo hizo Jorge Macri y Patricia Bullrich. Peronistas podemos contar a Randazzo, Ritondo, Pichetto y una serie de profesionales de la política que no entienden que peronista es aquel que hace peronismo. Ese solidario, compañero y que no permite que la gente duerma en la calle, no es cierto señora Villarruel.
Claro que hoy queda bien decir “soy peronista” pero la gente ya deja de creer y comienza con proclamar a los cuatros vientos, “son todos iguales”.
Obvio que no son todos iguales, pero entendamos que en los últimos cuarenta años escuchamos propuestas de campaña que jamás se cumplieron. Un Alfonsín que nos debe eso de la democracia que cura, educa y alimenta.
Lanzó cien propuestas, solo cumplió tres. También esperamos un salariazo que solo se dio en la clase dirigente, luego se recibió a los k que lograron una buena imagen que tiraron por la borda en los últimos años, el inefable Macri recolonizando el país donde proclamó que todo lo bueno no se tocará. De Alberto ni hablar y de Milei menos. Un conjunto de frases y propuestas que a lo largo de la historia solo crearon falsas expectativas.
En febrero de 1951, el presidente Juan Perón dijo: “vivimos una época de usurpadores, desde que los gobiernan hacen en nombre y representación de los pueblos precisamente todo lo contrario de lo que los pueblos quieren…
Más le valdría a esos hombres, frente a la historia, confesar honradamente sus designios. Por lo menos así la historia podría decir algún día que obraron valientemente por la consecución de sus ambiciones y no escudados cobardemente detrás de la infamante máscara de la simulación”.
Con estas palabras podemos entender una oposición que hoy no se opone y seguir explicando el peronismo de los Pichetto, Randazzo y demás simuladores de la política.
Por eso el general lo supo explicar en obra “Conducción política”, cuando escribió: “nuestros adversarios, que vienen del sistema demoliberal capitalista, traen con ellos de una época política ya superada por el tiempo, los viejos sistemas y triquiñuelas de una escuela caduca.
El peligro del peronismo está representado por los dirigentes que, en una forma o en otra, quieren asimilarse a esos mismos métodos y procedimientos del demoliberalismo… Lo que hay que comprender, también, es que la lucha incruenta de la reforma justicialista ha sido seguida por una cruenta en la reversión gorila, y que es de prever que el futuro nos ofrezca también una lucha, tal vez más cruenta aún, para reimplantar el justicialismo”.
Por eso no todos somos peronistas. La vicepresidente se auto percibe justicialista para una foto o un comentario en radio, pero evidentemente no lo es. La pregunta es quien o quienes son los verdaderos peronistas, la respuesta es fácil, son aquellos que practican el peronismo, ¿no le parece?