
En los años 30 la Argentina era el granero del mundo. Durante el macrismo fuimos el supermercado del mundo. Hoy somos simplemente una factoría, no alcanzamos el status de colonia siquiera.
Argentina es un país totalmente fragmentado, conducido por un psicótico que pierde sus riquezas en forma diaria. Todo lo que sea comunicación y energía fue entregado al capital privado. Los minerales también forman parte del erario foráneo. Como diría Atahualpa las vaquitas son ajenas.
En nuestros activos nos quedan la pobreza, la miseria, el saqueo, la tristeza, la amargura, el hambre y la esperanza que algún día este gobierno caiga por toda la cuenta.
La ley Bases fue el tiro de gracia para esta falsa república. Para garantizar esta ley nuestros amados parlamentarios le otorgaron facultades para que haga y deshaga lo que quiera durante un año. Le diste a Nerón una caja de fósforos, un litro de nafta y la orden de quemar Roma. Eso hizo el Congreso, no fue la CGT, no fue la iglesia, no fue la Cámpora fueron las «ratas parlamentarias».
El panorama es desolador. Una banda de cripto-ignorantes trabajan de campana para que las corporaciones se lleven todo y al mismo tiempo lanzan discursos de ética todo supervisado por una borracha que apalea jubilados y asalariados. La misma que entregó compañeros en los 70, que le bajó la paga a los viejos en el 2001 y fue corresponsable de la muerte de 40 ciudadanos.
Esa ex guerrillera convertida en empleada del Mossad y colaboradora del sionismo ordena el territorio de una manera que ni Videla lo hubiera hecho mejor. En épocas de Perón fuimos una nación, luego pasamos al rango de colonia y hoy hemos descendido nuevamente. Nadie respeta a un país cuya función es proveer de material al
imperio. Como contrapartida el poder nos hambrea y saquea. Mal negocio que llevó a cabo estos cripto ladrones y libertontos.
Camino a las elecciones castiguemos a estos traidores. Basta de confiar en falsos compañeros, en marxistas hablando de Perón y menos aún en liberales con el banderín radical. Basta de votar a los mismo de siempre. ¿No le parece?