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Exilio electoral

Por Gabriel Princip

En 1955 la revolución fusiladora toma el poder. Perón se exilia y 1973 será el año de su retorno presidencial. En el 2015 Cristina Fernández deja el gobierno y, desde ese año hasta el momento, es centro de innumerables operaciones de prensa y políticas para que se exilie políticamente. Hoy por hoy, Cristina sigue siendo el centro de los ataques oligárquicos donde los grupos de tareas mediáticos cumplen  su rol.

Las elecciones de medio término serán el termómetro real del éxito o fracaso del actual gobierno de derecha. Cambiemos irá a esa compulsa sin la necesidad de las PASO. Esteban Bullrich es el candidato que marcha tercero en las encuestas y Macri consideró que no hace falta una interna que dañe más al candidato.

El peronismo en inmejorable posición es quien tiene problemas. Tanto Cristina como Daniel Scioli derrotan en todas las encuestas a Florencio Randazzo. El hombre de Chivilcoy, sabiendo que pierde con los dos candidatos, no acepta la lista única que propone Cristina y entiende que la interna es necesaria.

La pregunta es,  ¿Randazzo se volvió loco? ¿Sabiendo que caerá derrotado quiere pelear igual? ¿Por qué no acepta el gesto generoso de su histórica jefa? No tenemos la respuesta, aunque dudamos y mucho de su generosidad y se nos ocurre pensar mal, ¿No estará trabajando para el espacio amarillo el bueno de Florencio?

Y esta pregunta nos lleva a una fatídica respuesta y es afirmativa. La trampa consiste en: como en Cambiemos no habrá PASO, el votante de ese espacio votará a Randazzo y le dará el triunfo ante la única candidata que puede poner un freno al liberalismo.

¿Entonces que queda? ¿Cuál es el camino a recorrer para aquellos que no soportamos el olor a muerte del ajuste? La respuesta está en la historia. Perón luego de ser víctima de un golpe de estado tardó 18 años en retornar al poder. Cuando se presentó  a elecciones después de tanto tiempo, ganó en forma categórica.

Y este es el ejemplo a seguir por el cristinismo. Si no hay lista única se cae en la trampa y caerá derrotada. Si no se presenta, todavía estará intacta y el 2019 se jugará la presidencia con un oficialismo desgastado y un Randazzo devaluado, ya que en la cámara de diputados poco hará para trascender, salvo acompañar al macrismo.

Las PASO son una trampa para los movimientos populares al igual que la segunda vuelta. En cualquiera de los dos casos puede ganar cualquiera que no represente a las mayorías.

Hoy Randazzo, junto al movimiento Evita, han sido visibilizados como la traición a las masas populares. Hablar sin contenido ni consistencia de la interna y olvidándose del brutal ajuste solo los hace funcional al oficialismo y muestran cuan miserables son.

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