
Milei como candidato fue el distinto, el disruptivo. Ese que venía por un cambio cultural y económico. Milei como presidente también es el distinto. Diferente de todos los presidentes anteriores y distinto del Milei candidato.
Ejecuta con el endeudador Caputo un plan similar al de Macri, y al de cualquiera dictadura. Ajuste permanente sin tener en cuenta al habitante para un saqueo diario imponiendo todo por la fuerza o la coima. También Milei es distinto.
Es el único titular del Poder Ejecutivo que desde que asumió jamás se acordó de su pueblo. Leyes injustas, decretos miserables y represión continua. Sus victimas los jubilados, los trabajadores, los discapacitados, los niños, las amas de casa y los estudiantes.
Cero empatías con cualquier ser humano salvo que este sea sionista, narco o muy poderoso. Sus acólitos también siguen su línea editorial. Una diputada soltera con una vida privada para contar en una película prohibida nos cuenta que la tierra es plana y Espert es un narco. Otra legisladora marplatense que no entiende nada de futbol, encabeza el proyecto para privatizar clubes, insulta a cuanto colega se le cruce y utiliza un mate con formato de Ford Falcón verde.
Una vicepresidente amiga de genocidas que declaró que Videla evitó una dictadura. Menos mal que se impuso el tirano y mató a 30 mil almas sino hubiera habido una dictadura. Otros legisladores como Almirón que boxea a su par Zago y luego quiere besarlo en la boca.
La mayoría de ellos tienen una capacidad intelectual similar a la de un chico de cuatro años. Gritan, se ponen patitos en la cabeza, insisten con que la tierra plana, piden pena de muerte, consumen de la buena y solo trabajan cuando se trata de entregar al pueblo argentino.
Un subnormal gobierna con seguidores no tan locos pero muy violentos. Todo sea por quedar bien con su conductor. De todas maneras la oposición en un acto supra extra archi cobarde actúa como «opositor» para ser funcional por cuatro años al menos. Ellos cobran por entregar al país, nosotros pagamos alimentos e impuestos caros para que la casta que encabeza el cripto estafador y sus acólitos vivan bien. Ellos tampoco crean empatía
con la población.
Los radicales solo hacen lo único que saben hacer, traicionar. Gastan el tiempo en discursos interminables y contrarios al Javo para terminar su alocución con un estamos en desacuerdo, pero le votamos todo. Es como decir no te quiero, pero me caso igual.
El gobierno de Alberto fue pésimo. La actuación de Cristina desde el 2015 para aca es digna de olvidar, pero este buen señor que habla con un perro muerto no sabe ni entiende lo que es el sufrimiento de los que mas necesitan ni tampoco le importa. Y sus socios de la entrega total del patrimonio nacional se esmeran en insultar, gritar, golpear y vestirse de guerrilleros cibernéticos que luego corren por las calles porteñas. La empatía popular ausente desde que asumió el padre de Conan. Lo único que uno espera es que al menos se lo repruebe en cada
esquina, en cada barrio, en cada elección. ¿No le parece?