El riesgo país baja, el dólar está pisado, la inflación desinflada pero los precios en alta y el bienestar argentino exiliado.
La gente no llega a comprender que la «macro» no sirve de nada cuando en la mesa falta el alimento y le falta el remedio al enfermo. No entiende porque le duele todo el cuerpo y el médico le dice: “no tiene nada, todo es emocional”. Y esto es así. Desde que asumió el subnormal no ha habido un solo día para el festejo de las mayorías.
Se entrega el patrimonio nacional, no se aumentan los salarios ni las jubilaciones, las pymes siguen cerrando, las empresas siguen echando y un imbécil muestra una motosierra para la infelicidad de todos menos un perro muerto y un grupo de drogadictos tuiteros.
Desde el norte nos dicen que lo emocional invade todo. Lo justifica todo. Yo “siento” que las cosas van mal, luego van mal. Yo “creo” que las cosas ocurrieron así, luego ocurrieron así. Pero la realidad sigue allí, mas allá de mis visiones.
En esta Argentina de hoy cualquiera cree que puede ser periodista, dirigente o jugador de futbol. Lo importante es intentarlo, a pesar de la falta de formación y conocimiento. Eso en estos días no existe. Cualquier tuitero es famoso, organizan la derecha y fragmentan la sociedad. Millones de jóvenes siguen en sus celulares a gente que no les proporciona nada salvo el placer de hacer nada. Esos o ellos también votan.
La generación anterior a esta de cristal no llega a comprender que todo el acopio de su vida, es decir, cultura del trabajo, conocimiento, estudio, convicciones y valores hoy no sirven para nada. Hoy es auto percibirse importante en el cuerpo de un ignorante asexual con una lengua filosa.
Entonces quedamos indefensos y enfermamos. Vemos miseria, pobreza y hambre y no podemos aislar nuestra mente. Somos solidarios a pesar de esta nueva generación. No votamos a alguien que nunca se hizo cargo de un kiosco ni de una familia, solo pasea, habla con un perro muerto y hace el mal sin mirar a quien.
La realidad nos duela y afecta el organismo. El contexto nos enferma y vemos como gente no tan vieja muere. No es un modelo económico lo que plantea el gobierno sino un genocidio social ante una sociedad que solo se defiende acompañando a dirigentes que son cómplices del oficialismo. La macro rinde, el micro se ha rendido y eso es una sonrisa para Milei. La propuesta desde este espacio es levantarse, combatir, resistir e insistir por todos los medios para que la tiranía acabe. ¿No le parece?