Opinión

Ellos mandan

Por Dany Wilde

Cuando nos preguntamos quién domina el mundo la respuesta más simple es un imperio, algunos acotan China, otros Estados Unidos, unos pocos las corporaciones y algún perdido dice Rusia. Pero no es posible entender de forma realista a quien gobierna el mundo sin hacer caso de los “amos de la humanidad”, como los llamó Adam Smith, en su tiempo, los comerciantes y los dueños de las industrias de Inglaterra, en el nuestro, los conglomerados multinacionales, enormes instituciones financieras, emporios comerciales y similares.

Todavía siguiendo a Smith, es también prudente recordar la “infame máxima” a la cual están consagrados los amos de la humanidad, todo para nosotros y nada para los demás, una doctrina que en otro tiempo fue amarga, unilateral y en gran medida para detrimento de la gente del propio país y del mundo.

Hoy Estados Unidos se prepara para una tercera gran guerra. Ubica políticamente a su patio trasero y sigue financiando a Ucrania. El patio compuesto por América Latina no sobresale por presidentes progresistas y menos aún por líderes. El tío Sam que solo estuvo 15 años en su historia sin guerrear, de a poco ubica las fichas.

Argentina asiste a unos comicios donde triunfará el liberalismo ya sea en sus versiones puras o en un neo peronismo agiornado a los tiempos. Pero ningún candidato se plantará frente a Joe Biden o BlackRock. El miedo no es tonto.

Más de una vez Cristina Fernández dijo que el presidente carecía de poder. Magnetto lo llamó cargo menor y lo cierto es que los amos de la humanidad de que hablaba Smith colocan sus peones en el tablero del poder. Este concejal, aquel diputado o el candidato a presidente está financiado por alguna corporación o fundaciones que son ramas de la Cía, el Mossad o el FBI.

Milei confesó que su primer auspiciante fue Eduardo Eurnekian, dueño de Aeropuertos 2000 y en la actualidad responde a Fundación Atlas, ramificación financiera de la Cía que supo bancar a al benemérito Mauricio Macri. La patoneta tiene antiguos contactos con el Mossad a través de su marido y es habitué de la embajada yanqui.

Visitas que compartía con Sergio Tomás.

La financiación internacional termina ahí o mejor dicho la plata grande, porque hay algún vuelto para partidos que se embanderan con el Che Guevara y alguna organización social.

Más luego la financiación distrital no compete a embajadas ni fundaciones. Allí entran a jugar el contrabando, el juego y algunas veces el narco. Y estos pagos son transversales a la política, no existe el candidato que pueda negar esta aseveración sabiendo que cada comicios cuesta 30 millones de dólares a nivel presidencial para los tres partidos más grandes y 800 millones de pesos si se quiere pelear por una intendencia. Por eso, usted cree que el gran culpable es el intendente o los amos de la humanidad. Lo cierto es que usted y yo, a pesar de este editorial, seguiremos trabajando de sol a sol, ¿no le parece?

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