El presente es el pasado
Por Simon Radowistky.
Cualquier habitante de este país ubicado al sur de Bolivia cree que lo que pasa ahora es presente. Entiende que el tuiter o el resto de las redes colaboran con un sistema político moderno o al menos actual. También entienden que Perón, la revolución de mayo o Sarmiento es antiguo, viejo, pasado de moda y que ya finiquitó en la historia.
Ubiquémonos. La ultraderecha, que quizás sea gobierno, es el continuismo del macrismo o sea el pre-peronismo. Antes de Perón el trabajador solo tenía un día libre, no tenía aguinaldo ni vacaciones y menos aún indemnización. Larreta y Bullrich tienen como idea volver a esos tiempos.
Milei dijo que la Argentina fue potencia en 1896. En repetidas veces mencionó esa época. Claro que el país no era potencia sino la provincia de Buenos Aires porque el interior era pobre y hambriento. Milei pretende volver al siglo 19.
La embajada norteamericana tiene la oportunidad histórica de acabar con el peronismo. Ni Massa, ni Larreta, ni Bullrich menos aún Milei moverán un dedo para que el movimiento nacional superviva. Tampoco esto es nuevo.
Escribió Arturo Jauretche: “al día siguiente de la revolución de 1955 comienza una inquisitorial cacería del intelectual anticolonialista. No me refiero a la persecución política o social y que, en cierto modo, puede explicarse desde que fue general e hija del calor de las pasiones en juego.
En este caso, la esmerada búsqueda e identificación del peronista trasciende de la persecución policial dirigida al partido y al gremialista, pues los que la dirigen son los que a si mismos se llaman intelectuales libres, agrupados en la SADE, en la línea Mayo-Caseros, constituidas con diversos pretextos literarios”.
Además, Don Arturo redactó: “ellos se encargan de señalar con el dedo el aparato de colonización pedagógica, quienes deben ser aniquilados. Se confeccionan listas de escritores a los que se los injuria y que deben ser proscriptos de la letra de imprenta”.
Esto pasaba en la década del 50. Cuanto intelectual, tipo Campanella, o seudo periodista como Leuco o Jonatan recogen la historia y la repiten. Macri recordó a la revolución libertadora. Prohibió y nos regresó al FMI. Alberto al igual que Frondizi traicionó el voto peronista y cualquiera de los que triunfen en octubre seguirán esa ruta.
Hoy gobierna el FMI. El mismo que reconoce la audacia de Massa que ingresó como superhijitus y se convirtió en Serrucho. Quizás sea Larreta el presidente o la jefa del grupo Malbec ocupe el sillón de Rivadavia. Eso es casi seguro, pero también nos aseguramos que quien gane no hará nada por el peronismo y menos aún por el pueblo, no le parece?