Por Kurt Winkels
Los programas de ajustes tienden a empobrecer a una población con el claro objetivo de disminuirla. El nuevo orden mundial trata la reducción de la población así como las corporaciones supranacionales.
Por eso la corrupción es un término aceptado por las partes de una sociedad y con ella derrumba gobiernos populares para tener la excusa de procesos de desorganización que lleve la palabra “ajuste” en su modelo de todos los días.
Una mayor población equivale a menos recursos naturales y más falta de alimentos y de agua. Daniel Estulin dice: “A mediados del siglo XVIII la élite, la oligarquía y los controladores del imperio en toda Europa dedujeron lo siguiente: los niveles de desarrollo y de progreso tecnológico son directamente proporcionales a la densidad de población. Sin progreso científico y tecnológico es imposible mantener el nivel de población, porque si esta no deja de crecer, es necesario disponer de una tecnología cada vez más sofisticada para mantener la población base. Ahora bien, con progreso tecnológico, la oligarquía no sería tolerada demasiado tiempo más en ninguna parte. Las naciones que fomentan el desarrollo creativo-mental de sus poblaciones generan personas que no toleran indefinidamente las formas de gobierno oligárquico”.
Por eso para controlar agua y alimentos es imprescindible reducir la población. La población mundial que hoy supera los 7 mil millones de habitantes son demasiadas bocas para alimentar según el pensamiento del poder real, por eso se intenta por todas las variables unidas a procesos de ajuste que controlen y reduzcan poblaciones. Alberdi decía “gobernar es poblar”, lamentablemente Rockefeller no piensa lo mismo.
En una palabra, que las minorías vivan en un paraíso con alimentos y una escenografía con gente como uno es necesario que gente como nosotros muera.
Por su parte, Estulin agrega: “La institución más importante del mundo que promueve el proyecto de despoblación malthusiano es el Club de Roma. Sus miembros son algunos de los ciudadanos más destacados del planeta. David Rockefeller, lo supo integrar, además de Mijail Gorbachov, los reyes de España, la reina Beatriz de Holanda, el príncipe Felipe de Bélgica. Fundado en abril de 1968 por Alexander King y Aurelio Peccei, el Club de Roma consta de los miembros más antiguos de la Nobleza Negra Veneciana de Europa, descendientes de las familias europeas más ricas y más antiguas que controlaron y gobernaron Génova y Venecia en el siglo XII. En 1972 publicaron uno de los documentos más perniciosos de todos los tiempos, “los límites del crecimiento”, que indicaba que los limitados recursos de la Tierra iban a agotarse durante los siguientes 40 años. Por ello, según el informe, para que la humanidad sobreviviera tenía que adaptar su estilo de vida y ajustar su cantidad.
Según el Club de Roma, para sobrevivir, la humanidad debe reducir su dependencia de la tecnología, olvidar sus ansias de progreso, innovación y avances tecnológicos e imponer un régimen mundial “de desintegración controlada de la economía”, explica Estulin.
Entonces, ¿Cuál es el objetivo final? Simple: el colapso de las economías, a partir de cumplir con esta idea se dividen y desintegran territorios dejando a la población mundial a la deriva. Pregunta, ¿Suena loco lo que acabo de decir? es una reflexión producto de una pesadilla, noche de copas o quizás es el camino a la verdad. Esa que podemos fundamentar y los medios no la editan. Y no lo hacen porque son parte del problema y no de la solución.
Pensemos en voz alta, ¿A quién conviene el colapso de las economías y quienes pueden participar en este hecho de terrorismo silencioso? Políticamente conviene a aquellos que son invisible a nuestros ojos, o sea los titulares de las corporaciones y ¿quiénes son incluidos y participan de esta idea? Aquellos dirigentes que venden el alma por un cargo, son funcionales a la derecha y no tiene ningún problema en entregar territorios con gente incluida a cambio de miserables réditos.
Ahora bien, ¿Qué ocurre hoy en la Argentina? Un gobierno pro corporativo que tiene como objetivo destruir al trabajador, en palabras de Durán Barba “la clase obrera va a desaparecer”. Pero no se detiene en ese estamento social. Las medidas que componen las reformas laboral, judicial y previsional van en la búsqueda de la clase media. Impuestos en los plazos fijos, inversiones, aumento de tarifas constantes y lo mismo para los primarios impuestos. La clase media actual muy pronto descenderá a baja y en algún momento hará eclosión. Pero supongamos que el militante de la media clase se banca el saqueo pues todos los días enciende el televisor y observa como un político visita Comodoro Py y de ahí a la cárcel, señores la deuda ya sobrepasó los 160 mil millones de dólares. Estamos en la puerta de la eclosión. A un paso del abismo, la pregunta es ¿Esto sucede en la Argentina solamente? No es la respuesta. La matriz se repite en América, en la Europa Mediterránea y sigue avanzando.
En síntesis, no es tan alocado lo que dice Estulin, no estoy borracho cuando avalo a este escritor y agrego algún dato. Estamos en manos de unos perversos multimillonarios que le han vendido el alma al diablo y van por el fin del mundo de una manera que no tiene que ver con el Apocalipsis bíblico pero si no se los detiene el final será una crónica anunciada.
Entre tanta malaria, hay una solución y es la gente. La misma perjudicada que algún día deje de caer en la trampa de los medios y se sume a los movimientos nacionales. Las grandes familias dueña del poder mundial sólo se fastidian cuando ven gente en la calle, pueblos unidos y humanos que no fueron convencidos por una caja boba. Hay remedio para todo, la decisión la tiene usted.