Por Gabriel Princip
Desde 1983 que los dirigentes se pelean por llevar en la boleta las fotos de Perón y Evita. Nunca se explicó que el partido justicialista es la herramienta electoral del peronismo, y no el peronismo. También en el PJ confluyen liberales, comunistas y gorilas que utilizando una marca hoy se aprovechan del folclore popular. Por eso encontramos a los Massa, los Bossio, los Urtubey y siguen las firmas.
Pero desde el 2013 que el peronismo se vació de contenido gracias a la intervención del PJ. Nadie se rasgó las vestiduras cuando Sergio Massa salió del movimiento y fundó el Frente Renovador. El joven liberal, que había sido jefe de gabinete de Cristina Fernández, hoy usa su partido para frenarla y ser funcional a la derecha que le hizo el aguante al proceso.
Con esa división, se fue un 12 por ciento del famoso 55% del 2011. La Cámpora siguió cometiendo errores y el PJ lo utilizó de excusa para ser funcional al poder real. En el 2015 observamos como Scioli cayó derrotado gracias a la derechización de la sociedad y la traición de Florencio Randazzo y Julián Dominguez entre otros, no sin dejar de mencionar a intendentes como el de Florencio Varela, el de San Martín y San Fernando.
Una vez en el gobierno y en sociedad con el poder real, el macrismo deshizo al radicalismo y comenzó su trabajo de Pac Man con el massismo y el justicialismo. A Sergio Massa lo entretuvo con cargos provinciales de segundo orden y la promesa oral de ser el continuismo. Fiel a su palabra, Macri no sólo no cumplió sino que lo jubiló anticipadamente. El 15 por ciento de las PASO y un futuro menor en las urnas hacen del tigrense un futuro funcionario de cualquier gobierno, pero la presidencia se le acaba de esfumar.
Mientras el peronismo con Cristina luchó contra el sistema en su modo corporación judicial, medios dominantes y fanáticos de Judas, llegó a un triunfo que se consagrará en unos días pero que no le sirven para un proyecto presidencial.
Ya el PJ se puso a las órdenes del hijo de Franco. Los gobernadores lucharán para frenar a Cristina, Randazzo seguirá con sus porotos para hacer daño y determinar que su futuro sea similar al de Massa, fieles empleados de planta de Héctor Magnetto. Seguramente Cristina será senadora, pero nada más.
El PJ con 3 o 4 puntos más Massa le brindarán su “triunfo” al grupo ante la alegría anti K. Y aquellos peronistas de la primer hora que votaron a un liberal expresando que Cristina no era peronista en el 2013, repitieron el voto diciendo que un conservador les hizo el monumento a Perón serán funcionales a una marca, el PJ, que no tendrá líderes para el 2019.
Para esos tiempos podrán votar a Vidal, Macri o Peña o quizás un Urtubey. Cualquiera sea el apellido, deben tener claro que seguirá apoyando a aquellos que asesinaron al peronismo. Apoyarán a los que aplaudieron Videla, pusieron en funciones a militantes del partido nazi y que participaron de una entrega del país nunca vista. El responsable de la tragedia argentina no es Macri son los Pichetto, los Randazzo, los Massa y sus seguidores que discuten el peronismo de alguien que generó derechos y avalan a otro que los sacó.