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El Palomar. El emotivo videocuento que muestra cómo el aeropuerto afecta los derechos de los niños

Los vecinos de Morón, Hurlingham y Tres de Febrero vienen denunciando el deterioro en  su calidad de vida desde la instalación del aeropuerto comercial en El Palomar en diciembre de 2017.

Tres grandes causas judiciales en tribunales federales, recursos de amparos, reuniones con todos los estamentos gubernamentales, legislativos, sociales y vecinales aún no han logrado revertir el altísimo impacto ambiental que ocasiona la actividad aeronáutica en una zona densamente poblada.

En particular los niños se ven afectados de manera directa y sus derechos violados sin el más mínimo reparo. Los padres de los alumnos que asisten a las escuelas que rodean al aeropuerto que pronto será internacional, ven con gran preocupación la contaminación a la que son sometidos sus hijos.

En las decenas de notas presentadas en las dependencias oficiales, los padres insisten en esta situación. «La Base aérea se encuentra rodeada de escuelas, más de 20 instituciones donde niños entre 2 y 18 años están expuestos constantemente a la contaminación. De no ser frenada la actividad en el “aeropuerto”, ésta se incrementará, por lo tanto los  chicos sufrirán  las consecuencias , es decir, su situación actual se agravará y las consecuencias podrían ser irreparables. Ya se perciben en zonas aledañas olores fuertes, tales como a combustible, y hay casos de niños con alergias extrañas que aún no se ha podido descifrar la causa».

El pasado sábado 1 de diciembre, en la Plaza del Avión de Ciudad Jardín, los vecinos realizaron una nueva manifestación para reafirmar el pedido de inhabilitación y traslado del Aeropuerto El Palomar. 

En el Festival por Nuestros Derechos, hubo intervenciones artísticas, talleres para los niños, testimonios en primera persona y la participación de bandas musicales que adhieren a esta lucha. Uno de ellos conmovió de manera especial. Es un videocuento que relata cómo el tradicional juego de remontar barriletes en El Palomar se vio alterado por el funcionamiento del aeropuerto. Deja en evidencia la incompatibilidad de la actividad aeronáutica con la vida cotidiana de un vecindario.

Con el guión de María Laura Melo, la ilustración de Silvia Dimartino, la interpretación y edición de Analía Melnik, «Barrilletes en el cielo» pone voz a los niños que ven vulnerados todos sus derechos, hasta el de jugar remontando barriletes.

 

 

 

 

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