El látigo
Por Simón Radowistky.
El subnormal los insulta, los humilla, los degrada y ellos amenazan con votar la ley, pero no tan rápido. El significado de la palabra dignidad brilla por su ausencia en el diccionario radical. La UCR, o sea la Unión de Coimeros rotosos, hablan, parlotean, pero siempre se arrodillan.
Ya votaron la ley en forma general. El supuesto novio de Fátima dijo que no cumplirá con los gobernadores que mandaron a sus diputados olvidarse de la gente para acordarse de las empresas.
Antes de la discusión en particular De Loredo y su banda se reúnen, amenazan, pero siempre de rodillas. Demasiado cacareo para una gallina en nochebuena. Organizan discursos, dirán que no entregarán cheques en blanco y después de rodillas, digo De Loredo votará las facultades delegadas. El hermano de la jefa una vez que tenga la ley desconocerá cualquier acuerdo. No tiene nada que perder, no tiene familia a quien responder ni votantes, no tiene conciencia salvo Conan en algún lugar del cielo de los perros, o sea tiene todo para ganar y
cumplir con las corporaciones. La gente, bien gracias.
Del otro lado de la vereda, la oposición quejándose al mas puro estilo Doña Rosa. La CGT agendando algún paro, Grabois ensayando un nuevo discurso, Randazzo dando vergüenza en cadena, la Cámpora pidió permiso para faltar al trabajo por orden médica y Massa en su estancia de San Andrés de Giles. La gente, bien gracias.
El parlamento seguirá siendo funcional al ejecutivo como siempre. Desde los 90 que el congreso es una escribanía. Si se cierra nadie lo extrañará, salvo sus empleados. Pero en lugar de rebelarse ante la injusticia y representar a sus votantes, optan por defender los intereses de los empresarios, o sea sus auspiciantes. Después se quejarán cuando la gente vote a Mafalda, Hijitus o Pucho, pero son indignos. Claro que los 144 traidores que votaron la ley en general son punteros en la tabla de posiciones de los cipayos. La Unión de coimeros carteliza el precio y la indignidad, eso sí los discursos son brillantes. ¿Por eso la gente debe acostumbrase que
para que el tirano caiga debe tomar la calle porque la política está de vacaciones, no le parece?