El insulto
Por Bret Sinclair.
El argentino promedio cree que la grieta política la inventó Cristina. No es así, existe desde que el mundo es mundo. Hace horas un ministro español trató al presidente de adicto. Los medios hegemónicos argentinos a la par de los principales funcionarios pusieron la ofensa en alto y le contestaron.
Para ser objetivos no estuvo bien lo que hizo el español ahora Milei se cansa de ofender a colombianos, chinos, comunistas, chilenos y demás. El agravio es parte de su doctrina con lo cual ha recibido una poco de su medicina.
En el medio los ciudadanos observando que el insulto callejero o de la cancha ya forma parte, del día a día en todos los rincones de la sociedad. Se habla mal y se ofende peor. No es nada raro escuchar en radio o en tv una catarata de insultos, el raro hoy es el que habla en forma correcta.
El agravio no es nuevo, pero desde comienzos del siglo actual es parte de la política y de ahí para debajo de todo estamento social. Periodistas, actores, y todo aquel que llegue de alguna manera a los habitantes reemplazaron el buen gusto por esta manía de insultar, eso sí la hipocresía no cesa en su accionar.
No esta mal ofender un presidente, insultar un docente o un anciano, pero si esta mal decir gordo, enano, feo y adjetivos leves que heredamos del siglo anterior. La pregunta es que es lo que pasó, porque tanta violencia verbal, esos son los interrogantes. Entonces uno piensa, analiza y las probables respuestas serían que el público en general tiene menos pretensiones intelectuales o lo que es peor la cultura marchó al exilio.
Si en la música pasamos de Serrat a Elegante porque no en la política dejamos a Perón para seguir a Macri o Milei. Todo tiene que ver con todo. La embajada yanqui informó una vez, hace una década, que el votante argentino piensa como un niño. Por eso nos dieron globos y perdimos, pusimos un rock estar y seguimos perdiendo, en el medio alguien muy tibio para continuar con la derrota. Y el infante no menciona a Egels o Marx dice lindo feo bueno malo sos un idiota, un tarado y así y así estamos.
Hoy el agravio es parte de la construcción política. Es parte de la campaña y de la propuesta y el futuro ex presidente adopto como idea de gobierno estar siempre en campaña. ¿El problema lo tenemos nosotros, no le parece?