Por Gabriel Princip
Ignacio Copani se preguntaba en los 80´ ¿Cuándo será al revés? y la canción preguntaba cuando los indios le ganarían a los yanquis, o cuando será historia Pinochet y así la letra destacaba que los buenos sólo ganan en las películas. Nuestro país es hoy víctima de su gobierno. El mismo está encabezado por alguien que no entiende por qué es argentino y no norteamericano.
Este presidente se trazó un objetivo y lo está logrando. Con un discurso sin contenido, similar a la mitad de la población, con la billetera haciendo estragos en Comodoro Py y en el PJ y todo salpimentado por un odio a gusto sobre el peronismo el país va hacia la entrega total. Para quedar servido en bandeja del gusto imperial, el país debe ser empobrecido y de eso se está encargando Mauricio y su ballet.
Claro que el argentino cree que todo le pasa únicamente a él. Otra vez se equivoca, hoy Latinoamérica toda canta la misma canción que Argentina. La canción del ajuste. La Europa mediterránea está en la misma línea pero con mayor antigüedad. Tan mal va todo que la misma ONU solicitó que los programas de ajuste cesen a nivel mundial porque atrasan al planeta.
Hoy el Complejo Industrial norteamericano vence en todos los games, sets y hasta en las canchas de polvo de ladrillo. Ha derrotado a la política y hoy se disfraza de imperio ante el gran pueblo argentino, salud. Se habla de disfraz porque es eso, el imperio que siempre dominó estas tierras de la mano de la política hoy obtiene el mismo resultado pero comandado por el mundo corporativo.
A la corta o la larga el imperio siempre vence. En el siglo XIX Paraguay se transformó en potencia. No solicitaba deuda a la banca internacional, no abría la importación y su modelo era nacional. El imperio convocó a Argentina, Brasil y Uruguay para que armen una alianza y le declaren la guerra. Finalmente Paraguay cayó derrotado, cedió territorio a Brasil y el 98 por ciento de sus hombres fenecieron. Tal fue la tragedia paraguaya que chicos de 8 a 12 años salieron a combatir un 16 de agosto contra fuerzas aliadas disfrazados de hombres. Naturalmente murieron todos. Argentina tiene el orgullo de haber derrotado al Paraguay, matándole niños y darle el triunfo al imperio. Ese 16 de agosto todavía se recuerda, en Paraguay, es el día del niño.
La derecha en sus diferentes versiones siguió gobernando nuestro país. Todos los presidentes son bronces, todos trabajaban para Inglaterra y pasaron a la historia oficial por su ética y seriedad. En cambio Yrigoyen que corta con la racha conservadora luego de darle visibilidad a la clase media termina sus días pobre y acusado de corrupto. A pesar de la semana trágica y la Patagonia rebelde que fue muy útil para el poder, este no se sacia fácilmente y terminó con su gobierno y su honra.
Otra distracción del imperio fue Perón. Todavía hoy celebramos la obra del líder con sus leyes labores y sociales. Pero en 1955 el imperio dijo basta, bombardeó la plaza, ocasionó 380 muertes y dieron paso a la revolución fusiladora. Aramburu, Lonardi y Rojas falsificaron la historia al más puro estilo mitrista y al igual que Macri dominaron la justicia y los medios. Más de 50 denuncias por corrupción, estafa y estupro se le inventaron a Perón. Todas esas causas cayeron en 1971 cuando el general preparaba su retorno con el visto bueno imperial.
A Perón hoy se lo sigue acusando de nazi facista, pero a Aramburu no se le recuerda sus fusilamientos. Tampoco se habla de Lonardi y Rojas que armaron la grieta de los 50´ y sometieron a la justicia en su provecho. Obedientes del imperio pasaron a la historia por su ética.
La derecha siguió su vida representando al imperio hasta Néstor y Cristina. Ellos repitieron a Perón. Se los recuerda por la ampliación de derechos y el imperio contestó con la compra de los medios y la justicia. Otra vez se repite la historia. Cristina acusada hasta de la muerte de Moreno y cada dirigente con perfume K visita Comodoro Py para escuchar alguna acusación.
Macri de la mano del imperio gobierna esta colonia. Llegó al poder con dos procesos que cayeron al día de ser presidente. Todos los actos de corrupción cometidos por él y su equipo son tapados por los medios y la justicia, hasta los papeles de Panamá. Hoy vivimos una democracia débil. Cada día que pasa muestra más signos de debilidad y la tendencia es que pronto morirá para transformarse en un régimen. Porque ¿qué sistema de gobierno es este donde no hay división de poderes, las mayorías sufren y la clase alta crece en forma cotidiana? ¿Cómo se le llama a este formato de gobierno que deja caer derechos y convierte los comicios en un sufrimiento? Es el peor gobierno de la historia en todos sus aspectos y sin embargo un tercio de la sociedad los avala. Aquí, en la sociedad, encontramos hoy a los responsables de la debacle. De todas maneras, con un gobierno títere y con una sociedad pacata e hipocrática el imperio vuelve a vencer.