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El hambre nos acecha

Por Gabriel Princip

Durante el gobierno anterior Juan Carr declaró que estábamos cerca del hambre cero. Hoy las cosas han cambiado. El programa de ajuste del gobierno derechista de Mauricio Macri nos dice que la indigencia ha aumentado y no se detiene, o sea, el hambre es parte ya de nuestra cotidianeidad.

Pero no es algo que ocurra sólo en el país. El hambre está presente en el mundo. Los alimentos son fundamentales en nuestra vida y en las políticas de los gobiernos de derecha.

Internacionalmente, como consecuencia de la imposición de las normas de la OMC en los últimos 18 años, el procesamiento, el comercio y la disponibilidad de los alimentos han pasado a estar monopolizados al máximo por un grupo compacto de empresas que forman un cártel y dominan los flujos internacionales de las materias primas, e incluso las reservas y la distribución nacional de los alimentos de la mayoría de los países.

En su obra “El club de los inmortales”, Daniel Estulin explica: “El uso de los alimentos como arma es una práctica antigua que puede observarse hace ya por lo menos 4 milenios en la Mesopotamia. En Grecia, los cultos a Apolo, Deméter y ReaCibeles solían controlar el embarque de grano y otros alimentos a través de los templos. Los siguieron primero la Roma imperial, después Venecia y posteriormente el poderoso ducado de Borgoña y las compañías de las Indias Orientales y las compañías de las Indias Occidentales. Actualmente, la guerra de los alimentos está controlada firmemente desde Londres, con la ayuda de socios subordinados, especialmente en Suiza y Ámsterdam.

La mayor empresa alimentaria del mundo es Nestlé. Es la principal compañía mundial de leche entera en polvo y condensada, la principal vendedora de chocolate, productos de repostería y agua mineral (son dueños de Perrier), y la tercera empresa cafetera con sede en Estados Unidos. También tiene el 26 por ciento de L´Oreal.

El resto de la leche en polvo está controlado por la anglo-holandesa Unilever. También es la principal productora de helado y margarina, además de ser una pieza clave en el ámbito de las grasas y los aceites comestibles. En África, Unilever posee inmensas plantaciones y la empresa comercial de mayor tamaño del continente United África Co”.

En 1973, el secretario de estado norteamericano, hoy asesor de Bilderberg, dijo: “controla los alimentos y controlarás a la gente, controla el petróleo y controlarás las naciones y controla el dinero y controlarás el mundo”. Lo dicho en 1973 se ha cumplido.

Siguiendo con los alimentos debemos recordar al reverendo Thomas Maltus que declaró que la población crece más rápido que los alimentos. Maltus decía que las poblaciones crecen a un ritmo exponencial, se multiplican por dos cada treinta o cuarenta años mientras que los alimentos crecen a un ritmo aritmético. O sea hay un límite máximo de sustentabilidad para la tierra de todo el planeta en cuanto a las poblaciones humanas.

Por conveniencia económica y política las corporaciones son maltusianas entusiastas.

Por ejemplo, la empresa Cargill, es la principal compañía de grano del mundo. El grano es una parte de la dieta habitual. Que la principal compañía de grano del mundo sea propiedad de una familia multimillonaria que forma parte de algunas corporaciones debería preocuparnos. Dicen Daniel Estulin: “Desde los años 20, Cargill ha estado dirigida por los Mac Millan, todos miembros de Bilderberg y de la sociedad secreta más antigua de América, Skul and Bones. John Mac Millan, presidente y luego director de Cargill entre 1936 y 1960, ostentaba el título hereditario de caballero comandante de justicia de la soberana Orden de san Juan- caballeros de malta- una de las órdenes más importantes de la corona británica. La división comercial internacional de Cargill, Tradax Inc., tiene su sede en Ginebra, Suiza. Lombard Odier y Pictet, dos bancos suizos de propiedad privada. También el Credit Suisse es integrante del grupo, uno de los principales lavadores de dinero del planeta”.

Y si hablamos de granos podemos mencionar las semillas. Quien es la más importante compañía, si nuestra conocida Monsanto, también dedicados a la soja transgénica, el agente naranja, la sacarina, la hormona del crecimiento bovino, agrotóxicos y por supuesto las primeras armas nucleares.

Y podemos seguir aburriéndonos de cómo las principales empresas que vemos sus publicidades en la tele nos controlan la vida.

Para que se entienda, entre 10 y 12 empresas fundamentales, ayudadas por otras tres docenas más, dirigen la existencia de los alimentos. Son los componentes clave del cártel anglo-holandés-suizo de productos alimentarios, que se agrupa alrededor de la casa Windsor británica. Dirigido por Cargill, Continental, Dreyfus, Bunge y Born, André y Archer Daniels Midland.

Ellos controlan el 90 por ciento de los granos del mundo y su organización con eje en la oligarquía inglesa y aliada a Bilderberg es superior a cualquier potencia mundial. Henry Kissinger, el mismo que diagramó el plan sistemático para la desaparición de personas y puso eje en el control de los alimentos, tenía razón.

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