Política

El Gobierno ordenó desclasificar toda la documentación sobre el accionar de la Dictadura.

“Nosotros también queremos la historia completa: que nos digan dónde están los desaparecidos”- Marcha por el Día de la Memoria: con críticas al Gobierno, terminó el acto central en Plaza de Mayo-

El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que el presidente Javier Milei ordenó desclasificar toda la documentación que existe sobre el accionar de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura militar. La medida también abarca a cualquier otra información producida en otro período pero relacionada con las Fuerzas.

 

“Esta decisión responde al cumplimiento del decreto 4 del año 2010, que si bien se dictó hace 15 años, nunca fue implementado completamente”, aseguró Adorni en un video grabado en Casa Rosada que fue difundido a las 11.

 

El funcionario informó que la medida implica el traspaso absoluto de archivos que están bajo la órbita de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) al Archivo General de la Nación, organismo encargado de la conservación de documentos históricos.

 

“Durante décadas, los archivos en manos de la SIDE permanecieron en las sombras y sólo los gobiernos de turno tuvieron acceso a esta información secreta. A pesar de eslóganes vacíos sobre su compromiso con la verdad, la memoria y la justicia, estos documentos fueron utilizados como un botín de guerra vaya a saber uno con qué motivo”, analizó Adorni.

 

A la par, Adorni informó que a partir de ahora, el Gobierno reconocerá ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que el atentado del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) a la familia del capitán Humberto Viola fue un crimen de lesa humanidad. La decisión alude a un ataque perpetrado el 1° de diciembre de 1974, en el centro de San Miguel, en el que murieron Viola y su hija María Cristina, de apenas 3 años de edad. Como el caso no era reconocido como de lesa humanidad, la Justicia no podía avanzar con el pedido de la familia de reabrir la investigación.

 

Para que se cumpla ese objetivo, el presidente Milei instruyó a la Secretaría de Culto y Civilización de la Cancillería Argentina, que encabeza Nahuel Sotelo, para que reconozca ante la CIDH que este crimen debe ser considerado un delito de lesa humanidad, ocurrido en el marco de un conflicto armado interno.

 

Luego a través de un comunicado de la Oficina de la Presidencia (OPRA) en la red social X (ex Twitter) se indicó que “el Gobierno enviará al Congreso de la Nación un proyecto de ley la imprescriptibilidad penal y civil de este tipo de delitos”. Un rato más tarde, Milei lo retuiteó con el mensaje “a fondo en la búsqueda de la verdad. En su defecto, jamás habrá justicia”. en letras mayúsculas.

 

En su mensaje Adorni sostuvo que con esta determinación que adoptó el Presidente “los archivos relacionados con el accionar de la última dictadura militar pasarán a estar al servicio de la memoria y no de la manipulación política. Esta iniciativa puede resultar novedosa para la Argentina, pero no lo es a nivel mundial”.

 

“Esta decisión responde al cumplimiento del Decreto 4 del año 2010, que, si bien se dictó hace ya 15 años, nunca fue implementado completamente. Esto implica el traspaso absoluto de estos archivos, en manos de la SIDE y la Secretaría de Inteligencia del Estado, a la órbita del Archivo General de la Nación, organismo encargado de la conservación y consulta de documentos históricos”, consignó. El decreto al que hizo alusión fue dictado por Cristina Kirchner pero quedó inconcluso.

 

La marcha del 24 de marzo por dentro: “Nosotros también queremos la historia completa: que nos digan dónde están los desaparecidos”

Una multitud colmó la Plaza de Mayo al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, en una jornada marcada por reclamos al Gobierno y la unidad de las organizaciones

Un globo grande y blanco flota sobre la Plaza de Mayo. Dice: “¡Clara Anahí te seguimos buscando!”, y en esa oración que sobrevuela la multitudinaria marcha de este 24 de marzo, la frase significa dos cosas al mismo tiempo.

 

Marcha por el Día de la Memoria: con críticas al Gobierno, terminó el acto central en Plaza de Mayo

Una es que la búsqueda de Clara Anahí Mariani, una beba desaparecida por la dictadura cuando tenía tres meses y doce días y sin identificar hasta hoy, condensa todas las demás búsquedas de bebés secuestrados que, casi medio siglo después, aún no recuperaron su verdadera identidad. Ese es uno de los motores por los que miles de personas decidieron caminar este lunes por estas calles, y la actividad principal de una organización como Abuelas de Plaza de Mayo. Ese robo de un cuerpo y de un historia empezó hace casi cincuenta años y, en algunas familias, todavía no terminó: la tragedia está en llaga.

 

Lo otro que dice el globo que sobrevuela la marcha es que esta multitud está acá porque le exige respuestas al Estado. Que el paradero de los desaparecidos sigue en estado de pregunta y que esa es una deuda con sus familiares, con sus amigos, con sus compañeros de trabajo y con la sociedad argentina.

 

Globos con los retratos de Nora Cortinas, activista de la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y Jorge Julio López, desaparecido por segunda vez en 2006

“El Gobierno salió a decir en su video que quiere la historia completa. Nosotros también queremos la historia completa: que nos digan dónde están los desaparecidos ¿Cómo puede ser que una madre o un padre se hayan muerto sin poder despedir el cuerpo de su hijo?”, dice Ricardo. Es de Lomas de Zamora y tiene 66 años. “Yo iba al secundario y mi hermano estuvo chupado casi dos meses, él era universitario y militaba en la Juventud Peronista. Yo vi la locura y el pánico de mi mamá hasta que lo recuperamos”, recuerda. Después, el exilio, la vuelta al país con el regreso de la democracia, las marchas de cada 24 de marzo.

 

En la marcha de este lunes, que se cumplen 49 años de la irrupción de la última dictadura en la Argentina, ocurren cosas que pasan todos los años y otras cosas que no pasaban hace tiempo.

 

El massismo marchó por el Día de la Memoria: “Hoy más que nunca, nunca más”

Una mujer fotografía carteles con los retratos del presidente argentino Javier Milei, el dictador Jorge Rafael Videla y la vicepresidenta Victoria Villarruel cerca de la Plaza de Mayo, durante la conmemoración del 49.º aniversario del golpe militar de 1976

Las de siempre: la Avenida de Mayo entera canta “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza” y algunas mujeres de todas las edades lloran y algunos varones también, pero se secan rápido las lágrimas; las persianas de los comercios se cubren de figuras de mujeres y varones sin rostro recortadas en cartulina: simbolizan a los desaparecidos; por la marcha desfilan centros de estudiantes secundarios y universitarios; gremios, organizaciones políticas y sociales; organismos de Derechos Humanos; familias de a miles, con integrantes que vienen hace décadas y que ahora traen bastón, con bebés a upa a los que les estamparon una remera con la cara de una tía abuela de la que nunca se supo más nada.

 

Las que no pasaban hace tiempo: por primera vez en dos décadas vuelven a marchar en una misma convocatoria casi todos los organismos de Derechos Humanos que se habían escindido hacia 2004. Esa ruptura se produjo después de que el entonces presidente Néstor Kirchner ordenara bajar el cuadro del dictador Jorge Rafael Videla en la ESMA y pidiera perdón en nombre del Estado. Algunas organizaciones vieron en esos gestos una “cooptación” de sus reivindicaciones históricas y la marcha empezó a dividirse en dos o hasta tres actos. Este lunes esa grieta se suturó, al menos provisoriamente y tras una negociación de meses, para marchar unificadamente en un nuevo Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

Adelina Lara Molina, de Madres de Plaza de Mayo, junto a una gran pancarta con retratos de personas desaparecidas durante la dictadura militar.

Esta marcha gigante canta “Milei, basura, vos sos la dictadura” y “el que no salta votó a Milei”, e insulta especialmente a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Nunca pensé que íbamos a vivir un nivel de negacionismo como el que estamos viviendo en muchos sectores de la sociedad y, desde ya, en el Poder Ejecutivo”, reflexiona Claudia. Vive en Recoleta y en cada marcha se abraza con sus amigas de Boedo, Barracas y La Plata. Caminan juntas y Alicia, otra de ellas, le dice a Infobae: “Siempre somos muchos, pero hoy es impresionante. Se unieron casi todas las organizaciones porque de repente el Gobierno sale a exigir lo que llama ‘la historia completa’ pero ¿quién nos va a decir qué hicieron con los desaparecidos? ¿Qué hicieron con los bebés que todavía no aparecieron? No podemos perder la conquista que significó distinguir que un crimen cometido por el Estado no es lo mismo que un crimen cometido por un civil, y que el de la dictadura fue un plan sistemático de tortura y exterminio”.

 

Con tiza, alguien dibuja sobre el asfalto de Diagonal Norte un retrato de Nora Cortiñas, histórica referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Este 24 es el primero sin ella, que murió en mayo del año pasado. Pero su cara se replica en fotos pegadas en las paredes o impresas en carteles de los manifestantes. La de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, también aparece por todos lados. A casi medio siglo del Golpe del 24 de marzo de 1976, estas marchas se pueblan de los retratos de los desaparecidos y también de las mujeres que sostuvieron su búsqueda durante décadas. En muchos casos, sin resultados hasta el día de su muerte.

 

El retrato de Norita Cortiñas en Diagonal Norte.

“Yo vengo desde la panza de mi mamá. Ahora ya marcho con mis amigos de la escuela, mis viejos están con familia y amigos. Tengo algunos compañeros a los que les da lo mismo el 24 de marzo pero a muchos no. Creo que tiene que ver con lo que se habla en casa y en el aula”, describe Lila. Es alumna de una escuela pública de Saavedra y tiene 16 años.

 

A Sara le abren camino. Camina lento pero con la firmeza que le aporta su bastón. “Tengo 87, soy de Barrio Norte. A mí no me desapareció ningún familiar ni ningún amigo. Viví la dictadura sin sobresaltos y fui de esas que tomó verdadera dimensión de lo que había pasado cuando escuché los testimonios de las víctimas de los centros de detención en el Juicio a las Juntas. No lo podía creer, me sentía una dormida total y también sentía que no podía ser cierto. Pero era cierto. Empecé a venir cuando empezaron a venir mis nietos, y ahora vienen hasta algunos bisnietitos a upa. Esos nietos son los que me mostraron la importancia de exigir Justicia”, explica. La rodean tres de esas nietas, atentas a que ningún desnivel de la vereda complique el camino de Sara.

 

La gente lleva una pancarta con imágenes de personas desaparecidas, víctimas de la última dictadura de Argentina

Aunque Norita Cortiñas y Estela de Carlotto son las caras más repetidas en el arte gráfico que cuelga de las paredes, se estampa en el asfalto o se cuelga en el pecho de algunos manifestantes, hay sobre la Avenida de Mayo algunos retratos de María Isabel Chorobik de Mariani, a la que la historia argentina conoce como “Chicha”. Fue la madre de Daniel Enrique Mariani, un integrante de Montoneros asesinado por la dictadura en La Plata, en agosto de 1977, y fue una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Fue, sobre todas las cosas, la abuela paterna de Clara Anahí y la buscó hasta que murió en agosto de 2018, a los 94 años.

 

Una de las obras más importantes que escribió Bob Dylan, el único humano que recibió un Nobel de Literatura por las letras de sus canciones, dice “la respuesta, amigo mío, está soplando en el viento”. En esta marcha, lo que el viento empuja es la pregunta, que arranca por Clara Anahí Mariani y sigue por todos los nietos que aún faltan encontrar y por todos los desaparecidos cuyo paradero nunca fue revelado por el Estado argentino. Y ese paradero no es un dato burocrático: es un cuerpo, un hueso, una ropita a la que agarrarse en medio de ese naufragio que son los duelos.

 

FUENTE:  INFOBAE

 

 

 

 

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