Opinión

El camino

Por Dany Wilde.

Con tanto atropello a la razón usted está perdido. No entiende nada. Su amigo votó un cambio y lo condenó. Ni usted ni su amigo saben por donde encarrilar sus vidas. No saben que camino a seguir. Primero se busca la calma, tan difícil de encontrar y una vez hallada, como si fuera una receta de cocina, se piensa, se medita, conocimiento a gusta y una pizca indispensable de duda más unos gramos de desconfianza.

Estamos todos mal y por creerle, algunos, a un pervertido y otros por no saber explicar o no poder convencer. La solución está a la vuelta de la esquina. Primero nos ponemos de pie, luego nos concentramos en una actitud plena de confianza y por último salimos a la calle a apoyar a los honestos, a los trabajadores y nunca votar a quienes nos han defraudado.

El camino es no pensar en la derrota. Tener en cuenta que la vida no es tan corta como dicen y solo debemos luchar. Tenemos enfrente a un enemigo claro y contundente. Rodeado de buitres, cipayos y “compañeros”. Todo a su tiempo y armoniosamente.

Las próximas elecciones legislativas podemos elegir a Mafalda o Clemente si los candidatos son los mismos de siempre. De esa manera debemos esperar dos años más. Ahora bien, si vemos un liderazgo fuerte y novedoso debemos apoyarlo, votarlo y gritarlo. Pero si vemos en sus labios palabras sabias y honestas. Ese que pronuncie la palabra libertad, cambio ya sabemos que nos está diciendo exactamente lo contrario.

Los candidatos a elegir todavía no sabemos quienes son pero seguramente serán conocidos. Muchos vituperados por sus formas o modos y otros seguros integrantes del equipo más de lo mismo.

El turno del peronismo puro nos aguarda. Detrás del movimiento más grande de América podrán encolumnarse agrupaciones que solo llevaron a la derrota, pero detrás. Un compañero debe encabezar el recambio, basta de progres, basta de aquellos que colocan el cuadro de un comandante delante de un general, es necesario el gran cambio peronista y este no puede ir de la mano de aquellos que ya han sido derrotados.

El camino es entender las viejas tradiciones con las nuevas herramientas. Que se entienda, utilicemos redes, cibernética a full pero con contenido doctrinario y una unidad básica en cada barrio que humanice la política.

Basta de ordenar por tuiter, basta de ir a medios hegemónicos, basta de apoyar a alguien que habla con un perro muerto. Lo nuevo es lo viejo. El siglo 21 hasta el momento solo nos otorgó bacterias, virus y fragmentaciones. El futuro es el pasado, ¿no le parece?

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