EL ALBERTO FERNÁNDEZ DE UN MUNICIPIO CAMPORISTA
En una comuna del conurbano, bajo el mando de un ex vecino del barrio porteño de Caballito, se registran hechos tan reprobables como bochornosos. Esta semana un empleado municipal dejó de estar al frente de los números de esa Ciudad tras ser acusado de acoso sexual por una compañera de su sector.
Por Guillermo Ragonese
La trabajadora dijo expresamente que el Intendente estaba al tanto de todo lo que sucedía porque su agresor era su mano derecha. Que incluso el jefe de cajas se reía y decía que la iba a echar si denunciaba al influyente Alberto Fernández del oeste.
Ningún ente, público o privado, está exento de que suceda este tipo de hechos. Lo reprochable fue el accionar del municipio que no hizo más que esclarecer lo que dijo la damnificada, aunque rápidos de reflejos salieron a aclarar que se trataba de un técnico y no de un militante de la organización liderada por el diputado hijo de dos ex Presidentes.
Ante la intención de solicitar una sesión extraordinaria en el HCD para separar del cargo al imputado por acoso, mientras se realice la investigación, por “decisión propia” el tesorero decidió renunciar.
Una mancha que salpica a una gestión aletargada y que tendrá un futuro incierto, cuando el año entrante se den las elecciones de medio término y ponga en juego 6 de las 11 bancas deliberativas que tiene. Con la fuerte disputa con el ex jefe municipal, que probablemente participe en la contienda electoral venidera, la oposición atomizada, y la caída de imagen, no es poco probable que peligre su mayoría y comience a tener un rol distinto la negociación entre los distintos espacios del municipio.