El gran poeta español Rafael ALBERTI proponía “a galopar, a galopar hasta enterrarnos en el mar… a galopar caballo cuatralbo que la tierra es tuya…”. Él pensaba en una España unida, desalambrada, una resistencia frente a la opresión ¡Menudo simbolismo Rafael! Sin duda es el caballo el animal que mejor se prolonga y unifica con el hombre, para dar destreza en la batalla o en el avance de conquista: ¡A galopar! Nunca mejor la alegoría.
¿Hoy podemos proponerle a nuestro pueblo salir a galopar? ¿Quién o quienes se atreverían a hacerlo sin rozar el ridículo? ¿Se puede convocar a quién votó mayoritariamente por su opresor, que por otra parte ya había anticipado qué era lo que iba a hacer? Dicen que todos los alzamientos populares fueron orquestados o dirigidos por pequeños grupos, si así fuera ¿por qué hoy no se da? Si las circunstancias actuales son distintas ¿significa entonces que no estamos en una situación de crisis? ¿Cuál es el instante único e irrepetible en el que la burra, que se acostumbró a no comer, se muere?
¡Cuántas patrañas y cuántas mentiras debemos soportar si no contamos con un país unido y consciente!
Los pueblos no mutan si no son inducidos, pero eso lleva tiempo, ocurre que hoy no se toma en cuenta que nos estamos empobreciendo y perdiendo derechos. Nadie fue a buscar a los campesinos para que se alzaran contra el Rey en la Revolución Francesa, lo mismo ocurrió en Febrero y Octubre de 1917 en Rusia y más acá en Octubre de 1945. No había televisión ni radios portátiles, muchísima gente no sabía leer, sin embargo y tal vez al impulso de algunos más decididos, pusieron un punto de encuentro y cambiaron todo.
Hoy el opresor no solo miente sino que le propone a las oprimidas medicinas que abiertamente agravarán su enfermedad, sin embargo borrachos de poder siguen embriagando con su aliento a una población inerte y contaminada.
Así no podemos salir a cabalgar, hay que desensillar hasta que aclare, es imposible poner de pie a un pueblo dormido que quiere seguir en su letargo, a veces las crisis deben llegar hasta el final y el error o la soberbia del enemigo, que confunde pausa con repliegue, los puede precipitar en la derrota que inevitablemente llegará, en el mientras tanto hay que adoctrinar, desintoxicar a la masa enferma, primero hay que extirpar el mal para poder más luego hablar de recuperación.
GARCILAZO