Después de 10 años ininterrumpidos de gobierno PRO en la CABA, sufrimos un fuerte abatimiento institucional. Con el paso del tiempo los “vicios” comienzan a ganarle terreno a las “virtudes”. Una corrosión obscena comienza a avanzar desde la cúspide del poder hacia todas las áreas. También la Legislatura.
Veamos.
Se atropella el principio de división de poderes, propio de la Republica.
El diputado de la Ciudad por el Partido Socialista Auténtico –Adrián Camps- nos advierte que la creación del interbloque oficialista “Vamos Juntos”, integrado por el PRO, la Coalición Cívica y Confianza Pública, bajo la presidencia de Francisco Quintana (PRO); le otorga al oficialismo una mayoría de 32 diputados sobre 60. Es decir, el Ejecutivo de la Ciudad avanza hacia la suma del Poder.
Todas políticas que el PRO ha venido realizando desde hace 10 años (desde su disciplinada bancada minoritaria), ahora se acelerarán por esta mayoría (surgida de un acuerdo de dudosa transparencia).
Esta mayoría le permitirá al oficialismo en la Legislatura (según el artículo 81 de la Constitución de la Ciudad) sancionar: la política Tributaria, los Códigos de Planeamiento Urbano, Ambiental y de Edificación, la Deuda de la Ciudad; entre otras. Es decir: aumentar los impuestos, habilitar edificación donde hoy está prohibida, seguir avanzando sobre espacios verdes y endeudar a la Ciudad.
El oficialismo subsume a la oposición
El ciudadano vota oficialismo y oposición. De esta manera el PRO logró constituir (tras las elecciones de 2013 y 2015) una bancada de 27 diputados. La oposición en sus diversas corrientes alcanzó los 33 diputados. Esto obligaba al PRO a realizar distintos tipos de acuerdo (no siempre claros) para concretar su voluntad. Esa dificultad, ahora, fue superada. Desde el oficialismo lograron que 5 diputados, que originalmente fueron votados para hacer una política de oposición y control, pasaran al bloque oficialista. En su tiempo Borocotó fue noticia, hoy se ha naturalizado. Es preciso llamar la atención sobre esta conducta.
La Democracia resulta burlada
Los números son incontrastables. En el promedio de las últimas elecciones el oficialismo reunió el 40% de los votos. ¿Cómo logró entonces una representación que supera el 53%? Tergiversando, falseando, adulterando la voluntad popular a través de maniobras de medianoche.
La política anti-kirchnerista a nivel NACIONAL (que alineó detrás del PRO a la UCR, la CC y otros); no se justifica en la CIUDAD, donde el PRO es el oficialismo desde hace una década.
Tanto la CC y otros, jugaron como opositores. Oposición justificada, en algunos casos, por la corrupción sistémica (obra pública, habilitaciones de construcciones para empresarios amigos, disminución de espacios verdes, etc.) que también habitó la CABA durante estos largos años.
Finalmente quiero decir, que la República Democrática no solo exige respeto por la Soberanía Popular, también el cuidado de las formas. El respeto a la división de poderes es una, como ya dijimos. Otra es la alternancia en los distintos estamentos del gobierno. Quienes hasta hace poco se llenaban la boca con la palabra República, hoy aparecen queriendo “perpetuarse” en el Poder. La excusa que dice: se nos viene encima el “Cuco” del pasado, es retórica vacía. Si otra “Argentina es posible”, una Ciudad con Democracia Participativa, con mayor Calidad Institucional, más Justa, Próspera y Moderna; también es posible. En eso andamos los Socialistas Auténticos de la Ciudad.