Córdoba, la foránea
Por Gabriel Princip.
El presidente Javier Milei festejó su fracasado Pacto de Mayo en la ciudad mediterránea. Eligió esta provincia, uno supone, porque fue la mas exitosa en votos en las ultimas elecciones. Claro que poco ha de saber el presidente de historia porque políticamente hablando Córdoba nunca fue amiga de Buenos Aires.
Fue una de las provincias, sino la más, que colaboró con el proceso militar de la década del 70. Centros clandestinos, desaparecidos, gremialistas entregados a la tortura por el recordado Angeloz entre lo notable de esos años de plomo.
La década del 50 tampoco estuvo ausente. El golpe contra Perón se inició en la docta de la mano de Lonardi e Illia. Ellos fueron los mentores de la muerte de cientos de argentinos en la Plaza de Mayo.
El siglo 19 estuvo presente en batallas entre unitarios y federales pero lo más sobresaliente fue lo acaecido durante la Revolución de Mayo y que tiene que ver con el presente.
Milei eligió el cabildo cordobés para su celebrar la nada, nadie le contó que mientras se llevaba a cabo la revolución en el cabildo cordobés trataban de impedir el camino a la libertad argentina.
Todos recordamos que el héroe de las invasiones inglesas, Santiago de Liniers, murió fusilado en Cabeza de Tigre para esos días. Pocos conocen el porque de la muerte de ese virrey. Los españoles que gobernaban Córdoba encontraron en Liniers el líder de la contrarevolución a la gesta de Moreno y Saavedra.
Liniers en sociedad con el intendente de la ciudad Gutiérrez de la Concha, el obispo Orellana, el coronel Santiago Allende, el dean Funes eran quienes se visibilizaban en contra de la revolución porteña. Todos asesorados por Cisneros, ya cesado en su cargo de virrey.
El 5 de junio de 1810 desconocieron a la primera Junta porque su autoridad era solo por la fuerza. Quince días más tarde Cisneros autorizó a Liniers a ponerse al frente del movimiento contrarrevolucionario y coordinar acciones con los españoles afincados en Perú. Liniers era optimista. Montevideo y Paraguay no apoyaban a Saavedra. El 30 de junio envió a su hijo Luis a Montevideo para coordinar la conformación de un ejército.
Mientras pasaban los días Liniers organizando a sus hombres Buenos Aires había decretado la pena de muerte para el francés, el obispo y el intendente. Apenas Liniers abandonó Córdoba, las fuerzas porteñas penetraron en la provincia y colocaron como autoridad máxima a Juan Martín de Pueyrredón.
El 6 de agosto Liniers fue atrapado en un monte mientras descansaba. Se lo despojó de dinero y joyas y se lo ató de pies y manos. El día 16 fue fusilado en cabeza de Tigre, hoy pueblo de Los surgentes. Ninguna bala atravesó pecho y cabeza del francés. Herido y atado fue rematado por Domingo French quien en 1808 fue ascendido a teniente coronel por su víctima.
Como vemos la historia política cordobesa nunca acompañó a Buenos Aires. Alguno dirá y el Cordobazo, esa fue una lucha de trabajadores. Seguramente Milei desconocía esta historia como desconoce los entretelones de una patria que no es la suya. Milei sigue festejando la nada misma que esa es su gestión, ¿no le parece?