Opinión

Conan y Don Gato

Por Tito Crespo.

Todas las noches Conan manda señales al presidente electo donde le indica como gobernar. La médium solo hace preguntas y el can envía golpes como respuestas. Conan no le parece que Don gato haya colocado al Tigre Caputo y la perra Malbec en el gabinete. Este aluvión zoológico complica a su dueño.

Mientras el territorio es una gran selva donde es deglutida la población, los medios hegemónicos ofertan pescado podrido a una clientela que sabe comprar cualquier cosa a cualquier precio.

En tanto, el presidente electo, en modo gatito mimoso, maúlla al duro de Ritondo para que se convenza que Don gato no elige más dentro de la población animal. Solo utilizará a su pandilla para ponerse en la Boca a Román.

Mientras los días pasan, la inflación sigue subiendo en la búsqueda tan ansiada de la estanflación. Una estación después de la hiper que quizás no dure mucho, pero lo suficiente para diezmar a una población que todavía no comprende que el titular del ejecutivo ordena un país según le cuente un perro muerto.

Don Gato no pierde tiempo. Boca y el gabinete ocupan su vida. Alentó al presidente electo desde su coronación, pero por estos días enfrentó a su candidata, la Malbec, desconfía de su Caputo dorado y supo tener embates con el número uno. En una palabra, el Hotel libertador es testigo de un enfrentamiento entre perros y gatos.

Al tiempo que se van completando los cargos dentro del gabinete la gente observa como pasar
las fiestas con menos plata y más angustia. Se divierte escuchando a un presidente que con
una motosierra corta los sueños de las mayorías, se indigna con un ex presidente que nadie
votó y ordena un gobierno como si fuera el dueño de la pelota y en un rincón sin emitir
palabra alguna los acólitos de la yegua lagrimean al grito de volveremos.

En este zoológico del siglo 21 ya quedó establecido que la yegua no correrá más y es probable
que quede encerrada en una cabelleriza. Don gato y su pandilla seguirán manipulando a una
sociedad entera o a un pequeño grupo de boquenses. La perra en seguridad y el tigre en
economía demostrarán que el pescado podrido emitido en los medios es solo eso pescado
podrido.

Desde arriba Conan, con una sonrisa traviesa, observará como su amo y el resto de
las fotocopias caninas obedecen ciegamente sus ladridos. Nos queda el 2027 y para esa época
preparemos un gato fino, para gobernar. ¿Podrá ser un siamés gris recientemente fallecido o
la rubia amante del bulín de la calle Ayacucho, no le parece?

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