Por Dany Wilde
El nuevo orden mundial se va consolidando a medida que pasan los días. La derecha mundial, medios dominantes mediante, se introduce en el alma de la población mundial.
La mayoría de los países europeos tienen en sus gobiernos hombres que responden a las corporaciones supranacionales. En el viejo mundo la clase media es sólo un recuerdo y la reforma laboral hace estragos en la clase trabajadora.
Economías como la española e italiana con casi una década de recesión y magros sueldos atestiguan lo dicho. El último mes la ministra española anunció un aumento en los salarios de 1, 3 por ciento, para ser gráficos es el valor de un menú turístico, o sea 12 euros. En Italia la desocupación llega al 12 por ciento y entre los jóvenes al 50 por ciento. Francia está en una situación parecida con un salario promedio de 800 euros y un alquiler promedio de 600. Estos números se repiten en la Unión Europea toda.
América Latina sigue esa matriz. Luego de una década de crecimiento económico, los derechos laborales comienzan a ser derrotados. Brasil ya tiene su reforma y esto se repetirá en todo el continente. Argentina, que en el 2015 era el primer salario de América, hoy es el sexto. La derecha se encargó de entregar al continente a las corporaciones.
Ecuador no cayó en manos de la derecha pero sufre la traición de un presidente que envía al vice de Correa al escarnio público por corrupción y hace trizas la figura de su antecesor que hizo lo imposible para que el actual presidente llegara a ese cargo.
El tablero de ajedrez del poder mundial se va acomodando. Las corporaciones se imponen sobre la política utilizando a los medios y en sociedad con grupos terroristas.
¿Quién no se apenó con el atentado en la Rambla de Barcelona o los atentados de Paris, Londres y España en otros años? Pero, ¿Realmente sabemos la verdad de lo que está pasando o sólo nos desinformamos por los medios? Los mismos que ponen a los buenos con la bandera estadounidense y el resto del planeta como villano. Para los medios esto es así, pero para quienes investigan y no son captados por el poder económico esto no es verdad.
En cifras los atentados terroristas en este año son los siguientes -y enumeraré solo donde hubo víctimas fatales-: Afganistán 854 muertos, Irak 664, Siria 639, Nigeria 336, Somalía 310, Pakistán 285, Egipto 172, Mali 128, Yemen 113, Filipinas 95, India 88, Turquía 76, Rusia y Chad 49, Reino Unido 40, Níger 37, Camerún 34, Libia 33, Irán 26, Burkina Faso y Sudán del sur 25, España24, Colombia 23, Bangladesh 17, EEUU y México 13, Perú 12, China 11, Ucrania, Palestina y Tanzania 8, Tailandia e Indonesia 7, Arabia 6, Suecia y Kenia 5, Azerbaiyán 4, Francia, Túnez y Uganda 3, Argelia, Finlandia, R. Centroafricana, Barein, Birmania y Burundi 2, Israel, Etiopia, Chile, Paraguay, Jordania, Costa de Marfil y Australia.
Los atentados son perpetrados por talibanes, Isis y otros grupos menores pero en el orden cuantitativo somos todos Francia con 2 muertos o Barcelona con 13, pero no somos Afganistán con 854 o Irak con 664 o Siria con 639.
La opinión publicada estigmatiza todo aquello que huela a otro color de piel. No sospecha que estos grupos, Isis por ejemplo, son creaciones de la CIA y la mayoría de sus integrantes son europeos. Cree firmemente en los medios y no se pregunta sobre quiénes son sus dueños. Nadie descree de la CNN o NBC, son medios independientes incapaces de mentir. Pero esos medios pertenecen a la familia Roschild, uno de los dueños del planeta con 8 veces más patrimonio que los Rockefeller. La gente no sospecha que esta última familia es la creadora de las grandes corporaciones y junto a los Roschild conducen el Complejo militar e industrial norteamericano. Este ente denunciado por Eisonhawer en 1960 y autor ideológico de los conflictos bélicos de los 60´ para acá.
El militante de clase media compra el diario, lee el copete, se desinforma y luego opina con el voto. Como es desinformado resulta funcional al poder real y este es una enorme fábrica de pobres atemorizados por atentados y guerras dirigidos desde el poder. Israel, Francia y Los Estados Unidos son los grandes vendedores de armas. Ellos sufrieron, en atentados, un total de 16 bajas. Aquellos que la prensa los identifica como el eje del mal tienen más de 4000 muertos.
El mundo vive en guerra y los atentados son parte de estos conflictos bélicos. Estados Unidos desde el 2001 se encuentra ocupando Afganistán. Ha gastado en armas contra el terrorismo 2 billones de dólares, de los cuales 841 mil millones corresponden a Afganistán y 770 mil millones a Irak. Estas cifras superan al Plan Marshall que contribuyó a la reconstrucción europea luego de la segunda guerra mundial.
Esta guerra es fruto de las Torres Gemelas y el objetivo es el gas y el petróleo. Mismos objetivos en Brasil, Venezuela y Argentina. La guerra afgana, siria e iraquí costaron cinco veces más que la Primer Guerra Mundial. 2400 muertos norteamericanos, 1136 aliados y 20 mil heridos es el costo humano yanqui. En cuanto a las víctimas civiles se calcula que hasta el 2014 fueron 17 mil personas y entre ese año y el actual han muerto 3500.
Ahora sigue muriendo gente y nadie se preocupa. Tampoco se interroga y uno debería preguntarse, ¿Para que tanta muerte, a quien conviene y a quien no? Sin guiarnos por los medios dominantes que plantean luchas entre buenos y malos la verdad es que el poder real utiliza a la política para que esta conduzca a sus pueblos al sufrimiento y muerte para que unas pocas familias acrecienten su patrimonio sobre la sangre universal.
Hoy los medios nos convencen que los luchadores populares son corruptos, que la justicia hace su labor condenándolos y que los gobiernos de derecha, que desvirtúan derechos, son nuestra conveniencia. Claro que mientras Canal 13 inventa insultos para Cristina, usted no llega a fin de mes y cuando la CNN convence a los americanos que la corrupción dio pie a la pobreza, el poder económico se ríe de nosotros encendiendo un puro con un billete de 100 dólares.