Simón Templar
Luego de la cena familiar en la casona celeste y blanca del oeste, Santino, hijo de ferviente e intelectual peronista debate con su padre. La charla versa sobre aquellos que fueron patriotas, los traidores, y demás yerbas de la historia argentina.
Al término de pasional debate, Santino se retira a su dormitorio y entra en su lecho para culminar la jornada envuelto en el mundo de los sueños. Vueltas y vueltas del menor denotan un gran sueño o terrible pesadilla. En su planeta imaginario que sólo la literatura puede visibilizar se observa esa película en el mundo sensible.
Los apellidos llueven. Saavedra, Rosas, Lavalle, Roca, Perón, Menem, De la Rúa, Néstor, Cristina y Macri. Todos los sustantivos propios que fueron parte del debate con su padre. En un rincón soñado se nota una ruta, arriba un cartel que versa en rojo profundo “La carrera de la Patria”, en otro rincón una cabina con locutor incorporado. “Se va a desarrollar la carrera de la Patria, única en su estilo, por primera vez en la Argentina se disputará una competencia donde se visibilizará a quienes trabajaron a favor o en contra del país”, comenta el relator.
El profesional continúa, “la carrera consiste en que cada uno al sonido de un disparo de un Fal marchará en el mundo de los sueños explicando parte de su gestión, quien sume más puntos en el desarrollo será el triunfador, aclarando que tendrá más valor aquellos que favorecieron al país. Y aquellos hechos negativos harán que retroceda en su posiciones, cual ludo familiar”.
Se escucha la voz de la ruta. En sus marcas, listos, suena el disparo, ya. Y la carrera comienza. “Abrigadas tablas, comenta el relator, en la primera vuelta se observa, en este orden, a Videla, Menem, Saavedra, Rosas, Néstor, Justo, Cristina y demás. Cierran De la Rúa y Macri”. “Recordemos, comenta el relator, que en cuando escuchen el sonido del himno nacional se detendrán y comentarán parte de su gestión en sus diferentes épocas, eso modificará las posiciones en la marcha”.
Se mueve Santino y mucho. En su interior suena el himno. La marcha de detiene. “Soy Rafael Videla, en mi gobierno se hicieron autopistas y la gente pudo viajar bastante”. “Soy Carlos Menem, en mi gestión el dólar valía un peso y la gente también viajó mucho”. “Soy Roca, yo diseñé el país”. “Soy De la Rúa, yo impuse la honestidad” “Soy Néstor, gané las elecciones y pude pagar la deuda” “Soy Cristina, amplié derechos” “Soy Sarmiento, el maestro”. “Soy Justo mandé construir las canchas de Boca y de River” “Soy Perón, modifiqué el país y me dediqué a los trabajadores, con la creación de derechos laborales” “Soy Galtieri enfrenté a los ingleses”. “Soy Rosas, defendí a la patria en la vuelta de Obligado”. “Soy Aramburu, llamé a elecciones para el 58´”. “Soy Mitre, gané la guerra contra el Paraguay” “Soy Yrigoyen, llevé a la clase media al poder” y así cada uno de los marchantes. Al terminar el himno se reordenaron las posiciones. Videla y Menen perdieron los primeros lugares, avanzaron Néstor, Perón y Cristina y siguió la carrera por la patria.
El relator comenta la carrera, primero Roca, le siguen Perón, Néstor, Sarmiento, Menem, Cristina y el resto. “Vamos a un corte y volvemos”.. Viaje a Mar del Plata, viaje sin valijas, tienda Los Gallegos tiene de todo. Proveeduría Deportiva tiene de todo, para el deporte proveeduría deportiva, caza, pesca motonáutica. Si se mueve es flan, flan. Ravana el más rico flan. A mi me encanta usar Lavanda. “Seguimos con la carrera. Gracias” y otra vez se escucha el himno. Nuevamente los participantes cuentan su gestión y otra vez se modifican las posiciones. Prosigue el relato toda la noche pintando un sueño para Santino producto de intensas charlas con su padre.
El niño se mueve en su lecho y el comentarista se revuelca cuando escucha en vivo y en directo los años de plomo, los fusilamientos de Aramburu, las traición de los unitarios, los golpes de estado y parte de la clase media aplaudiendo a quienes matan, roban, violan y festejan un dos por uno que dura hasta que la gente copa la Plaza y retira tamaña injusticia de la historia argentina.
El sueño a escasos minutos de finalizar visibiliza la recta final. “Faltando 100 metros suena el himno y los competidores se detienen”, comenta el relator. “Soy Perón, nadie me olvida, creció el país y decreté la independencia económica, soberanía política y justicia social”. “Soy Néstor, transformé una colonia en Nación con un modelo nacional”. “Soy Cristina, continúe el modelo en medio de la alegría popular y la reacción de la oligarquía”. “Soy Rosas, di valor a la palabra patria”. Y así todos hasta llegar a los últimos puestos. Allí estaban Menem, Videla, Galtieri y demás. Cerca Lonardi, Mitre, Aramburu. Todos hablaban de ajuste, de tristeza en medio de un olor a muerte que resultaba el factótum de su gestión. Demás nombres seguían para la desgracia nacional.
Finalmente la carrera terminó y en el podio se vistió de fiesta. Perón, Néstor y Cristina festejaban con champaña en medio de la alegría popular. Último Videla. En un costado Macri que no entendía porque sus amigos terminaron en los puestos finales, tampoco comprendió la historia argentina y jamás entendió la palabra gestión.
Y Santino despertó.