OpiniónSociedad

¿BARRIOS PRIVADOS O ABANDONADOS?

Por Armando Paredes

Si recorremos la ruta 6 o la 251 en pleno Gran Buenos Aires encontramos un barrio privado, quizás dos, tres y cerca tierras sin cartel de ventas que al otro día aparece un portón de otro barrio. Un incentivo para que la clase media se mude del costoso centro porteño a una naturaleza a bajo costo que prometen los encargados de vender tierras sin escriturar.

Barrios divinos, con búhos, pelicanos, llamas y una rubia secretaria en la puerta que muestra el futuro de la familia en un country, barrio privado o cerrado a bajo costo. Claro que siempre se promete que en breve las calles serán realizadas y la escritura en un “tiempito”.

El cliente compra el terreno, edifica, y la escritura no aparece. Tampoco la calle asfaltada. Conclusión se ordenen voces desesperadas de los vecinos que pidan que el barrio privado no sea privado de asfalto, cloaca, agua y demás servicios hoy fundamentales para el hábitat del ser humano.

Para ejemplificar lo escrito solamente hace falta recorrer  el primer barrio que encuentre en el camino. Pueden ser uno, dos o similares. Todos en las mismas condiciones, todos del mismo dueño y todos originados vaya a
saber  de dónde.

Los damnificados protestan internamente con notas ignoradas o colocando el cartel de venta en el terrenito recién comprado. El problema es cómo harán para vénderlo sin escritura ni publicidad engañosa.

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