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Aumenta la sensación térmica del estallido social-M. Russo

Vivimos los últimos días con altas temperaturas, y la sensación térmica al máximo, desatando distintas alertas, amarillas y rojas, vamos a centrarnos en la primera, pero no hablo de lo que cuesta caminar las calles, viajar en micro, o la necesidad de hidratarse cada dos minutos…la sensación térmica en alerta la está viviendo el gobierno de Mauricio Macri a partir de sus intervenciones económicas y políticas y cómo afecta en el plano social. Se profundiza el ajuste, aumentan los servicios a instancias impagables, crece la ola de empresas que cierran y por ende crece el número de personas sin trabajo.  Y esto hasta lo reproducen los medios hegemónicos, mirando de reojo al presidente.

Por Matías Russo.

La Nación habla de  la caída general del optimismo ciudadano hacia el gobierno de Macri, y aclara que “La luna de miel de la sociedad con el Presidente es un recuerdo ya lejano, y aunque todavía no se pueda hablar de desilusión, el estado de ánimo que caracteriza a la población es de impaciencia”. Michetti, que cada vez que sale a defender al presidente parece un militante K, advierte que los indicadores de la economía “no son nada lindos” y que «Para que le llegue a la gente y, sobre todo a la gente que tiene menos ingresos, todavía está faltando», admitió.

El historiador Luis Alberto Romero, la semana pasada en Clarín manifestó la desilusión entendible del votante de Cambiemos, que ya se dio cuenta que MM no es Superman, pero a la vez intenta defenderlo de los actos de corrupción que salieron a la luz en este último mes y que desde los medios y desde el gobierno quieren disfrazar llamándolo “errores” o “incompatibilidades éticas”. Y se pregunta  “por qué el gobierno comete errores. Pero gobernar implica equivocarse, y frecuentemente. La pregunta importante es otra: ¿qué debe hacer un gobierno democrático cuando se equivoca? ¿Persistir en el error, o admitirlo y corregirlo?” Y es así que busca polarizar al macrismo con el cristinismo, haciendo referencia a que en los años K ante cualquier error se seguía avanzando…iban por “todo”.

Esta polarización constante entre los K y los M, la llevó Macri a España donde aprovechó cada titubeo e inseguridad política para culpar, cuándo no a la pesada herencia.

«No se sale del populismo de un día para otro, sí se sale de que el poder esté en manos del populismo. Es un cambio cultural.

Así como necesitamos una lluvia que calme un poco este calor agobiante, Mauricio Macri se fue de gira a buscar “la lluvia de dólares”, o de euros en este caso.  Podemos analizar distintas cuestiones de la visita de Macri a los reyes y a Rajoy, el plano simbólico, el de relaciones bilaterales, el económico y el ideológico, lo cierto es que más allá del discurso que transmitió el gobierno, como siempre cargado de la misma energía positiva que usan los pastores de trasnoche, la realidad indica que no hay grandes anuncios en materia de inversiones.  La visita finalizó con el foro “Invertir en Argentina” que por ahora se mantiene en la utopía y necesidad urgente de MM de cara a las elecciones.

En síntesis para que haya inversiones en Argentina, España puso condiciones y claramente no son en beneficio del pueblo y de las mayorías:

La información se desprende de Marcelo Bonelli, en su nota para Clarín. Las exigencias de los empresarios, que también solicitaron Felipe VI y Mariano Rajoy, fueron:

-Un explícito plan monetario y fiscal global.

-Saber hacia dónde va Argentina y si la macroeconómica cierra sin generar nuevas distorsiones, como es el incipiente atraso cambiario.

-Avanzar en reformas, como la reducción del costo laboral

-Saber si Macri tendrá fortaleza política y puede ganar las elecciones de octubre para instrumentar los cambios que piden los inversores.

-El Presidente, muy seguro de poder cumplir con las  primeras tres, respondió: “Las próximas elecciones las ganamos caminando.”

De proseguir con los ajustes que nos proponen desde afuera, ¿se considerará un error también?  Retomando a Romero en Clarín

. Lo que más me preocupa es cómo se instala la idea de que un gobierno que se equivoca y corrige “pierde capital político”. Hay en esto una suerte de nostalgia del estilo de Cristina, quien no se corregía nunca. Espero que no sea un síndrome de abstinencia. Por la salud de la democracia y de la República.

Para algunos la democracia está en un pedestal, en que los grupos de poder sigan condicionando a las mayorías a la hora de votar y así mantener su lugar de privilegio, para otros la democracia está en que el pueblo no pase hambre, y cuando derechos faltan y miseria sobra….  A este paso, un estallido social es inevitable, y por la salud de la democracia y de la república está vez habrá que replantearse como sociedad si el helicóptero arranca o no arranca.

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