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Argüello: NO HAY LUGAR PARA LA MEZQUINDAD

El líder del Frente Político y Social en Tres de Febrero, Octavio Argüello, rechazó enérgicamente la “mochila argentina”. Denominada así al intento de avanzar sobre legislaciones contractuales de relaciones de trabajo. Por otro lado, el referente camionero habló del peligro que pueden causar las organizaciones sociales en la postpandemia.

Por Rodrigo Marcogliese

¿Cómo llega el Frente de Todos a las primarias en Tres de Febrero?

Trabajamos fuerte sabiendo que una cosa son las PASO y otra cuando se definen los cargos en sí. Es un partido de 180 minutos y hay que saber redoblar fuerzas.

¿Para qué está el peronismo hoy en el distrito?

Tenemos que recuperar lo que tuvimos. No lo veo como una situación compleja porque es una transición de 24 años en donde un sólo sector del peronismo gobernó, que fue el de Hugo Curto. Por ello planteo que la unidad es fundamental, donde no haya lugar para la mezquindad. La gran discusión será ofrecer un proyecto cualitativo y cuantitativo para seducir al vecino en el 2023.

¿Qué opinión tiene de la amplitud de la CGT para darle mayor participación a las mujeres?

Hay que adaptarse a los avances de la sociedad. El primer paso es abrir espacios y en un futuro no existirá cupo sino que directamente las compañeras integrarán la conducción por su capacidad. Me parece cruel que los sectores envejezcan con sus referentes. 

Una vez culminada la pandemia, ¿Cómo va a quedar el movimiento obrero?

El sector obrero ha quedado muy atrasado y han avanzado los movimientos sociales. En un universo de 13 millones de trabajadores, 8 son desocupados, estamos en una situación de desventaja. Yo soy camionero porque tengo un registro habilitante para manejar, los desocupados: ¿Qué representan? Es complejo, porque estos sectores buscan la precarización de la mano de obra. Eso es la flexibilización laboral.

Aquellos que perdieron el empleo producto del COVID pueden engrosar los movimientos sociales…

Cuando se levante la Ley de la doble indemnización, el sindicalismo y las empresas privadas tienen que estar codo a codo para no caer del sistema. O discutimos lo que deja la pospandemia referido al trabajo, o discutimos la nueva forma de esclavitud. Atacar el movimiento obrero es atacar la última esperanza del peronismo, y no me voy a resignar a que nos lleven puesto. El problema no es lo que me pase a mi sino qué le dejo a mis hijos. La pandemia deja descubierto a los que menos tenemos o somos los sectores medios, porque ni la vaca ni la soja tuvieron covid.

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