Opinión

Argentina, la tierra prometida

Por Simón Radowistky.

Desde la década del sesenta que grupos nacionalistas argentinos tienen la idea que el sionismo quiere apropiarse de la Patagonia. Este pensamiento, en términos reales, no es tan descabellado. En principio se sabe que el tema de fronteras del estado judío siempre motivó el debate. La tierra prometida nunca tuvo límites. En el Antiguo Testamento no establece frontera alguna.

Teodoro Herzl escribió en su libro El Estado de los judíos en 1896 y le dedicó un capítulo a la pregunta “Palestina o Argentina?”, utiliza con frecuencia la expresión tierra prometida sin hablar de fronteras concretas, algo que tampoco se definió en el documento final del Primer Congreso Sionista en 1897.

Para los sionistas, el retorno a la tierra ancestral podía significar Palestina, los territorios por los cuales había pasado el pueblo hebreo, o los reinos de David y Salomón allá por el año 1000 AC, aunque para un sector del movimiento la idea argentina nunca desagradó. En tiempos de inmigración nuestro país recibió hombres y mujeres de medio oriente por miles.

Hasta acá la historia. La actualidad nos indica que Javier Milei puede ser presidente y manifestó su deseo de pasar del catolicismo al judaísmo, aunque la comunidad ya expresó su desagrado. También hizo pública su idea de vender Vaca Muerte, el Banco Nación y todo aquello que pertenezca al estado. Al mismo tiempo declaró que no habrá obra pública en lugares donde no sea rentable, ejemplo una escuela rural.

También uno de sus dirigentes dijo que cabe la posibilidad de privatizar el mar argentino. Entonces si vendemos el mar, el petróleo, el banco Nación con sus hipotecas y escrituras y la justicia social se denostó y casi se considera un delito, que territorio será Argentina, o mejor dicho cabe la posibilidad que sea el nuevo Paraguay después de la guerra de la triple alianza. El sionismo está atento y vigilante máxime si el dueño de BlackRock, una de las grandes corporaciones, tiene acercamiento con los libertarios.

No se trata de discutir religión sino política. En nombre de la religión Israel da cuenta de Palestina y puede ser excusa para una tercera guerra mundial. El tema a discutir es el territorio. Argentina posee todo lo que no tienen los imperialismos: riquezas y paz. ¿Pero se puede perder gracias a la firma del presidente que suceda a Alberto Fernández, no le parece?

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