Muchas veces el cine como actividad cultural refleja la realidad de la forma más cruda que pueda ser contada, como un espejo que no obliga a abrir los ojos y mirar lo que sucede a nuestro alrededor.
Por Rodrigo Marcogliese.
En la película mexicana “La Dictadura Perfecta”, estrenada en el 2014, por ejemplo muestra como el Presidente de la nación que vendría a imitar a Peña Nieto intercambia palabras en una reunión bilateral con el embajador de Estados Unidos, Mr. Ford. Allí, el mandatario azteca queda sumiso a los designios del sajón. De tal manera, que humilla a todos los habitantes de México al leer una carta que le había enviado Ford donde se refería a los mexicanos como negros inferiores.
Al darse cuenta del impacto que generaron sus dichos en el pueblo, desde la residencia presidencial llaman al canal de televisión más visto, y les ofrecen millones de pesos para activar lo que llaman “caja china”.
La “caja china” es tapar una noticia con otra. Es allí cuando miembros del ejecutivo nacional le envían al noticiero del canal un video, en el cual se lo ve a un Gobernador aceptando coimas.
Increíblemente, o no, el Gobernador era del mismo signo político que el Presidente. Pero poco le importó, porque prefería sacrificarlo a él que a su Gobierno.
“La dictadura perfecta” es una sátira política que puede ser comprendida en cualquier país, y con una cercanía a nuestra realidad que sorprende. Lo primero que a uno le viene a la cabeza es ¿De qué manera pasará en nuestro país?
Acá también nos sometimos un tiempo a los designios yankees, e inclusive no hace mucho hubo un desmedido intento por vender limones a cambio de comprarles artillería de escaso valor, de financiarlos el futbol para unas pocas empresas del país del norte. Con la promesa de ingresar a su grupo de amigos, nos endeudamos hasta la médula. Con el discurso de hermandad aceptamos sin chistar lo que decía un finado juez cambiando el águila de su bandera por un buitre.
Nuestro Presidente habló de fútbol con el mandamás ruso que hacía mayor esfuerzo por buscar el submarino que él, habló de reconciliación y visitó una sinagoga con Merkel cuando la alemana visitó nuestro país con una Casa Rosada siendo allanada.
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Es que como sucede en la película, es el Presidente de México el que queda mal. Si bien está sujeto al dominio de Estados Unidos, los estadounidenses no se meten en lo más mínimo en las repercusiones de lo que hagan los mexicanos, sólo ejecutan.
“Es natural hacer un vínculo con Europa porque los argentinos descendemos de ustedes”, y la última y célebre “el mar es muy grande y el submarino muy chico”.
¿No es hora de hacer circular la Caja China?
Zas, aparece el segundo de la secretaría de Presidencia con cuentas en Andorra.
Por lo menos, así lo anunció la verdadera oficina anticorrupción que se llama “Diario El País” de España.
Mientras acá, Laura Alonso salía a defender (sic) al Presidente tras hallarlo responsable de tener cuentas en Panamá, y mentir varias sobre ellas (primero desconocía que las tenía, después sabía pero no tenían movimiento, después tenían movimiento pero él no participaba, después él participaba pero no incurrió en la figura de un ilícito).
Bien, ahora Laura le pidió hasta los análisis de sangre a este personaje que cuanto mínimo apostó por poner su plata fuera del país que representa.
Así es que cuando algo sucede, se pretende tapar por otra noticia. Luego de apresar injustamente a funcionarios del anterior Gobierno y que el modelo que adoptó el actual no esté dando mejoras al pueblo, comenzará probablemente la sangría interna. Los empleados de tercer o cuarta línea deberán cuidarse con sus movimientos, cualquier error del Gobierno los ponen en el lugar de chivo expiatorio.
Y por desgracia para todos, el Gobierno suele equivocarse seguido.
Para finalizar, la película “La Dictadura Perfecta” deja pensando porque no termina sólo en lo dicho hasta ahora. Resulta que este Gobernador el cual fue entregado por su Presidente invita a los periodistas del noticiero a que vean que bueno que era su Estado. Los recibe con una fiesta en un cabaret, y al otro día les compra “un paquete de marketing” para levantar su imagen.
De un secuestro que es verdadero, juegan con los tiempos. Hablan con los captores sólo en el programa de televisión y convierten al Gobernador en héroe nacional. No es por contar el final, pero si usted vive en Argentina lo imaginara. En las siguientes elecciones, y luego de haberse casado con la actriz del momento en México, este Gobernador se candidatea como Presidente. Lo que sucede después es obvio.
Poderosamente llama la atención el nombre de la peli porque la dictadura perfecta no es más que una democracia alterada. También es cuestionable el hecho de que el voto sea la único requisito para que algo se considere democracia. Todos hicieron su negocio, el medio dominante, el Presidente, y el Gobernador. Todos menos el pueblo. Y por casa… ¿Cómo andamos?